jueves, diciembre 27, 2007

Una pasta


Es lo que se llevan los nacionalistas para sus chiringuitos, unos le llaman udalbiltza y los otros udalbide, pues se dividieron hace años el capital, unos se quedaron con la pasta y los otros con el nombre.

No importa, entre unos y otros se llevan un pastón de cada ayuntamiento, de las diputaciones y del propio presupuesto del Gobierno Vasco. Actividades, desconocidas salvo la confección de un documento de identidad falso.

Hace unos días la prensa local, al menos la digital, daba cuenta de que el concejal del PSE-PSOE de Guecho le pedía al alcalde nacionalista que no pagara los 30.000€ que había acordado la comisión de gobierno regalarle a la susodicha asamblea.

Muy loable la actuación del PSE, si no fuera que andan con medias tintas. En Guecho no debiera haber alcalde nacionalista, pues las fuerzas que se oponen a la actual deriva del PNV cuentan con mayoría absoluta, pero los que mandan han dicho otra vez más que, por la paz un padrenuestro, y que siga gobernando el PNV pese a los desmanes cometidos en el pueblo.

Parece ser que ya existe alguna sentencia, que el PNV no cumple, declarando ilegal la subvención en años anteriores, pero no importa, la causa nacionalista es inmune a las sentencias y a los acuerdos democráticos, ellos siguen en Udalbiltza que es un chiringuito montado en los pactos de Estella (Lizarra) para entretener a los de ETA con la construcción nacional.

Para los ciudadanos se terminó Lizarra, pero el PNV sigue en ello. Para los nacionalistas ha sido un paso adelante, casi tocaban con la punta de los dedos la construcción nacional (entonces era un proyecto ilusionante) y nunca volverán atrás, nunca reconocerán que Lizarra era una aberración en un sistema de libertades. El PNV pasa la hoja de los pactos con ETA, pero sin modificar ni una coma.

Ahora andan con la otra canción de decidir el futuro en otoño, pero siguen aportando la pasta para el proyecto de ETA y los demás.

País

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