viernes, diciembre 20, 2013

Ante un espejo

Así nos sitúa esta obra de Antonio Muñoz Molina, TODO LO QUE ERA SÓLIDO, puede que a alguien le parezca insuficiente, pero si se tiene en cuenta desde dónde viene, se le debe reconocer al autor un gran esfuerzo de aceptación de la realidad. Una autocrítica seria que huye del clásico y tu más, para repartir bastante justamente las culpas del estado actual de la cosa.

En todo lo que era sólido se repasa de forma muy amena la historia más reciente de nuestro país, relatando cómo se desvanecen creencias que, unos más y otros quizá menos, unos puede que hasta hace nada y otros hasta hace ya algunos años, hemos tenido por ciertas y las hemos aceptado con complacencia sin reparar en que eran cosas fatuas o, en el mejor de los casos, absolutamente prescindibles cuando no perjudiciales para la sociedad.

Esta es la contraportada:

Este es un ensayo directo y apasionado, una reflexión narrativa y testimonial, al más puro estilo de los ensayos de George Orwell o de Virginia Woolf, una propuesta de acción concreta y entusiasta para avanzar desde el actual deterioro económico, político y social hacia la realidad que queremos construir. Partiendo tanto de documentos periodísticos como de la tradición literaria, Antonio Muñoz Molina escribe esgrimiendo razón y respeto, sin eludir verdades por amargas que estas sean, porque saber es el único camino para cambiar las cosas.

Testigo de una época en la que aún no estaban a nuestro alcance derechos que ahora peligran, nos recuerda que nada es para siempre, que cualquier derecho puede desaparecer. Este ensayo nos convoca: «hace falta una serena rebelión cívica» y nos apremia: «hay cosas inaplazables».

Todo lo que era sólido es un espejo en el que todos debemos mirarnos, no importa el lugar ideológico en el que nos movamos, dónde vivamos o nuestra condición social; una llamada para que reaccionemos, cada uno desde nuestro ámbito de actuación, y contagiemos con nuestro ejemplo una responsabilidad cívica que hemos de exigir, de manera contundente, a nuestros gobernantes.


Un libro muy interesante con sus lagunas y quizás, para mi gusto, un ligero exceso de voluntarismo al final, rayano con ciertas teorías de movimientos tipo 15M

jueves, diciembre 19, 2013

NECESARIO

NUESTRO PAN DE CADA DÍA es el titulo de una obra centrada en la historia del pan. Un libro muy intereante que he terminado de leer estos días.

Magníficamente editado, como suele hacerlo ACANTILADO, se lee con regusto.

Esto es lo que dice la contraportada:
«Nació entre cenizas, sobre piedra. El pan es más antiguo que la escritura. Sus primeros nombres están grabados en tablillas de arcilla en lenguas extintas. Parte de su pasado ha quedado entre ruinas. Su historia está repartida entre países y pueblos». Predrag Matvejević nos propone recorrer un camino que aúna poesía, filosofía, historia y ciencia, y en el que se hará visible tanto el fruto del esfuerzo humano como su valor simbólico. Porque, en efecto, el pan acerca Dios a los hombres, es el negador del hambre, la aspiración del miserable, la comida que le sobra al rey. Se reclama en los hospitales y los orfanatos, y es finalmente un símbolo de justicia.

Totalmente recomendable, pues es bien sabido que no sólo de pan vive el hombre.