Resulta que sale ahora una asociación demostrando que el recién nacido iPhone cuesta el doble de lo que vale, o al revés.
Seguro que son ciertas las dos cosas y ninguna.
De momento el anuncio sirvió para que valgan más las acciones de la compañía.
¿Cuántos mileuristas se dejarán medio sueldo por el artilugio?
Aún confundiendo valor y precio, les aviso a los Reyes Magos, para que luego no se hagan los despistados, lo quiero y seré bueno.
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