miércoles, julio 04, 2007

Bien que mal

A mi exposición sobre Lizartza me responde con generalidades Larrabasterrako Itsasgizona, y aún sin querer entrar punto a punto por sus opiniones, debo aclarar algunas cosas.

Creo saber, y tengo experiencia en carne propia, lo que es “la realidad” de Sopelana, por lo que me imagino Lizartza, creo que tú conoces menos Sopelana y nada Urdúliz, donde tampoco está ANV en el Ayuntamiento y sí lo está el PNV en las dos últimas legislaturas.

La ley de partidos es la misma que había hace cuatro años cuando Egibar se proclamó alcalde, por lo que sólo queda el desistimiento nacionalista.

Dice el refrán, de los valientes, que el miedo es libre y cada uno coge el que quiere, pero cuando falta la solidaridad activa, tan cacareada en su día desde el Gobierno Vasco, con los perseguidos por el nacionalismo, el que el partido mayoritario, el que lleva gobernando casi 30 años en la CAV y más en Guipúzcoa, no tenga el coraje democrático de defender la legalidad en Lizartza, tiene difícil explicación, salvo que se pretenda congraciarse con los ilegales y dejar solos a los demócratas.

A estas alturas de la historia, hay que reconocer que ANV tiene representación donde ha querido tenerla, ¿por qué si no en Sopelana hubo listas y en Urdúliz no?

No es de recibo que digas gratuitamente que esa ley merma derechos fundamentales. El gran derecho fundamental es el que tiene la democracia de defenderse de quienes la quieren sustituir por la ley de la selva. Cuando se calla y en muchos casos se impulsa la eliminación del contrario desde una formación política, no se la debe dejar competir con esa ventaja.

Hay tribunales para recurrir, el TC ya se pronunció y el Europeo de Derechos Humanos también, sobre el recurso incomprensible del Gobierno Vasco.

Sobre esto escribe Carlos Fernández de Casadevante en un libro leído recientemente y del que dejé constancia en este Blog, que <la concepción de que toda ideología y todo proyecto político son legítimos y, por lo tanto, deben tener la posibilidad de defenderse públicamente (máxime si cuentan con apoyo de los ciudadanos) merece una reflexión. De entrada, el sentido común advierte que determinadas ideologías y determinados proyectos políticos no deben ser tolerados ni siquiera en sistemas democráticos. ¿Cabe defender la legitimidad de proyectos políticos que, por ejemplo, alientan el racismo, la xenofobia, el genocidio, la exterminación, la discriminación, el fascismo, el nazismo, cualquier tipo de totalitarismo o que se alimentan o utilizan el terrorismo para alcanzar sus objetivos? ¿Debe la democracia permitir que tales ideas y proyectos tengan cauces de expresión?> y a partir de esa constatación lógica analiza la amplia jurisprudencia que el TEDH tiene dictada sobre la ilegalización de partidos en los estados firmantes del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Finalizo señalando como lo hace Fernández Casadevante que el código penal español, al igual que otros muchos de nuestro entorno tiene tipificado como delitos por ejemplo la apología del terrorismo, la incitación al genocidio y la xenofobia. En fin que nadie usurpa nada a los que no tienen derecho a representar a los ciudadanos, y en todo caso lo mismo se usurpaba en 2003 que en 2007, lo que nos vuelve al comienzo de la discusión. ¿Por qué Egibar y el PNV dejan huérfanos de representación a los demócratas de Lizartza?

Salud

4 comentarios:

Unknown dijo...

La realidad en Lizartza,nos guste o no, es que la izquierda abertzale domina. En Sopela no.
La ley de partidos no es la misma que la de hace cuatro años.Entonces se ilegalizó todo partido y plataforma con olor a Batasuna. Ahora ha sido una ilegalización a la carta. PSOE y justicia española han dicho en dónde sí y en dónde no pueden ser legales. Error.
Viendo ésto y viendo que la ley de partidos mete en el mismo saco a Otegi, al Lehendakari y a Patxi López, entonces algo falla. Otro error.
Por la democracia siempre.

Rubín de Cendoya dijo...

Marinero, no me vengas a estas alturas de la discusión, con atajos. Sabes bien que en Sopelana hubo candidatura de batasuna en el 2003 y la hubo en 2007. Donde han querido se han presentado y donde no les dio la gana porque le resultaba más gratificante la bronca, o por lo que hayan considerado, han presentado listas ilegales.

Estarás de acuerdo en que si el Lehendakari o Rodolfo Ares reciben a Otegi como representante de un partido declarado ilegal están contraviniendo la ley, o si no léete lo que argumenta la defensa de Juan José Ibarretxe, que niegan, infantilmente, haberse reunido con Batasuna.

Si no pillas lo de la realidad que te decía, no te lo puedo explicar en este medio.

Salud

Unknown dijo...

Ahí quería llegar. Efectivamente, hace cuatro años sólo quedaron plataformas que no pudieron hacer nada porque "cumplían" con la ley de partidos. Ahora, a un partido que la ley declara como legal, ilegalizan la mitad de las listas y la otra mitad la consideran legal. Lo único que quiero hacerte ver es que hay algo que no va bien en dicha ley. O es legal un partido o es ilegal, pero lo que no puede ser es que sea mitad legal, mitad ilegal.
Y como hay tantos riconcitos que se le escapa a dicha ley; siguiendo escrupulosamente con lo que la ley dicta, la habilidad de los letrados de Ibarretxe les lleva a considerar que el Lehendakari se reunió con representantes de la izquierda abertzale, y no con los de Batasuna, como prohíbe la ley. Como bien verás es un ridículo espantoso(no la defensa, los agujeros de la ley)porque son las mismas personas.
Así con todo, reconocerás que miembros del PSE-PSOE y del EAJ-PNV cuando dan este tipo de pasos no es, ni por asomo, para reivindicar acciones terroristas, ni para planear atentados, ni para dar alas al mundo Batasuna. Simplemente buscan la paz. El talante democrático de Ibarretxe, Ares y de Patxi jamás lo pondré en duda.

Rubín de Cendoya dijo...

Tu problema es que para unos grandes fines (la paz mundial por la que trabajaría la miss de la aldea americana) te vale cualquier cosa. Por mi escasa formación no sé ahora citar a la escuela que define como malos los fines si los medios no son ajustados, que los actos son los que cuentan en la vida, no las buenas intenciones. Hay un dicho de los antiguos: “de buenas intenciones está el infierno lleno”.

Si admitimos como normal el que las autoridades pueden saltarse la ley un poquito aquí y otro poquito allá, acabamos sin la ley, esto es, en la selva, en la que sobrevive el más fuerte, donde ganan los salvajes, los que no tienen escrúpulos no ya en saltarse la ley, sino que se saltan la vida y todos los demás derechos.

Eso es lo que ilegitima la acción de Ibarretxe y de Patxi, aunque consigan sentencia favorable. No vale, en un estado de derecho, que las autoridades se salten la ley, aunque sea “la puntita nada más”.

Respecto a Lizartza con mi exposición de ayer, copiando el artículo de Maite Pagaza, he dicho todo lo que quería decir. Ricardo que sigue creyéndose nacionalista, pero que le acabarán echando de la comunión, también opina que algo no hizo bien el Alderdi en ese pueblo.

El debate sobre si se debió permitir alguna lista o ninguna ya lo he planteado en este medio. Mi opinión es que no se diebió considerar el fantasma de ANV legal en ningún sitio, pero con esos bueyes se han arado las elecciones, y el PNV se presentó donde creyó conveniente y no lo hizo en otros sitios. Ese es el presupuesto de partida y no quiero volver a empezar.