Con tal apelativo debiera pasar a la historia del paisito nuestro consejero de Interior.
Al entrevistarle hoy en El Correo nos dice, entre otras muchas lindezas, que ETA no se somete a lo que digamos los vascos, que va por su cuenta. Gran descubrimiento y que seguramente le costará alguna reprimenda, pues hasta ahora era cuestión de fe el que con el erreferendua se arreglaban esos males (Madrazo dixit).
Otro punto del Sr. Consejero es el de acogerse a las competencias del estatuto de Andalucía, para justificar “la elaboración de una encuesta” sencillamente ridículo. Hasta tal punto les faltan argumentos que se dedican a decir esas tonterías.
Lo mejor del discurso del jefe de los de la porra es la frase siguiente: Lo que queremos es una participación ciudadana en los dos temas claves de este país: la insatisfacción con el marco político y la insatisfacción con la violencia.
Ese es justo el intríngulis de la cosa. Desde el Gobierno se igualan o se equilibran las dos cosas, una aspiración legítima de algunos a cambiar el marco jurídico y el terrorismo que se viene practicando desde hace casi 50 años. Mediante esa mistificación nos quiere llevar el gobierno a la famosa sentencia de “por la paz una avemaría”, sin reparar en que llevamos ya tantos rosarios que no es de extrañar que alguno termine con la aurora y de aquella manera.
¿Pensará el Sr. Balza que con otro marco político cambiará la violencia?, de eso ya estamos espantados muchos vascos, al menos los que teníamos uso de razón hace treinta años.
Otros lo supieron antes y se lo reprocharon a Chamberlain, pero dado que nadie escarmienta en cabeza ajena, aquí en el paisito hemos de seguir aguantando a los buscadores de soluciones mágicas al estilo de “si me das lo que yo quiero, aquel se queda contento” eso no funciona nunca salvo que realmente seas el jefe de aquel.
Que alguien le explique a este gobierno, que la bestia no se aplaca dándole algo. Justo en ese momento se cree con razón para conseguir el todo.
Otro problema es que tanto el Sr. Balza como ETA tienen varios objetivos comunes, y así no se puede terminar.
Lo tiene muy bien escrito el ex consejero Joseba Arregi (por eso no pudo seguir en el partido que está Balza): ninguna causa por la que se victimizó, puede ser legítima si se quiere respetar la memoria de las víctimas.
Salud
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