“No estabas interesado en la lencería, no bailas tango, es otra nueva confidencia de Pepe, otro Pepe, no el paralítico, ésa si llama tu atención, es más interesante, bastante más y además te concierne. Fue una entrevista inadvertida en un periódico de provincias, bastante farragosa porque el motivo era la presentación de un libro sobre el precio de la lana en el Siglo de Oro y a ver a quién le interesa a estas alturas de fibra óptica. Pasó inadvertida hasta que asesinaron al periodista interviudador a la puerta de su casa, en el portal, venía de comprar el pan y los periódicos en un domingo que sólo amenazaba lluvia, el paraguas se quedó patético y abierto por el golpe contra el suelo, reconocerás la foto, cuatro tiros marca de la casa, o sea 9 mm parabéllum, dos en el pecho y dos en la cabeza, eso si es redundancia, lo que abunda no daña, pensaría el sicario. Por lo tendencioso de sus preguntas en cualquier tipo de entrevista, especificaron los malos en el panfleto de reivindicación. La gente no se acordaba de las preguntas ni de las respuestas, pero por si acaso al día siguiente le pusieron la escolta a mi viejo profesor don Olmio Fernández del Valle, concluiste o puntualizaste por decir algo, llevabas tiempo con la boca sólo abierta. Las respuestas entrecortadas en la memoria de Pepe no te parecieron tendenciosas sino sensatas: <---Pla dijo que la principal característica de su pueblo era la vulgaridad y se metió en problemas, por eso preferiría evitar la pregunta ... tampoco, no, del clero indígena prefiero no hablar --->. Se defendía pero definía con esos rodeos que en el cine son elipsis, quizá le fallara una más contundente <---son tan nazis como necios>. Quizá sea la sensatez lo que no soporten los energúmenos y sus parientes próximos. Los lejanos tampoco.”
Paginas 158 y 159. Volveré sobre esta joya de libro en otra ocasión.
Salud
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