Voy a referirme a su otro post el de la inteligencia y los errores. Aceptando que los más inteligentes también se equivocan, no debemos confundir la equivocación con la persistencia en el error.
Esto es lo que, a mi humilde modo de entender y reconozco que entiendo de muy poco y nada de política, le ha pasado al PNV en Sopelana. Era suficiente con pasear un poquito por el pueblo para percibir la marea de descontento con la gestión o la forma de hacer en el Ayuntamiento. Se había chuleado a un gran numero de vecinos que no creímos que la OTA se implantó para solucionar algo. No se puede responder con desprecios a las manifestaciones y a los intentos de negociación.
Ese millar y medio que faltó a la cita con la papeleta del PNV de Sopelana, es más que la OTA, pero una vez que se ve al rey desnudo, ya nada se puede hacer para que las cosas sigan igual. En Sopelana se le tenía perdido el respeto a los gobernantes y así les fue.
No tengo venia para seguir con el análisis que hace Ricardo, pero la solución no puede ser “mantenella y no enmendalla”.
En otro orden de cosas y también relacionado con la inteligencia, en este caso sin relación con el acierto, merece la pena destacar una frase que publica hoy El País en la entrevista a Miguel Buen, candidato del PSE-EE-PSOE a la presidencia de la diputación de Guipúzcoa, quien, para explicar la sorpresa que le ocasionó el éxito alcanzado, remata: “Podíamos haber sufrido un descalabro, pero hemos arriesgado y ahí están los resultados.”
Alguien recuerda el chiste de Gila que rezaba: p´habernos matao ...? Quien tenga conocimientos, y tiempo que perder, que nos haga un estudio sobre las apuestas de nuestros políticos. Me da que tiran con pólvora del Rey.
Dejo las elecciones y les deseo salud.
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