El estribillo de Sabina que decía mucha mucha, pertenece a la canción Pacto entre caballeros.
Parece ser que hay algo más que un pacto de ese estilo detrás de los intentos actuales de uniformar a los munipas.
Después de que El Correo le dedicara un reportaje, abundan los blogs nacionalistas en los que se pide la necesaria unificación.
Desconocía que había todo un alto cargo, supongo que con su correspondiente parafernalia de direcciones y subdirecciones, dedicado a estudiar la posible normalización de la cosa municipal.
Entiéndase por normalizar poner todo bajo el mando único del PNV.
Que haya una policía municipal en Baracaldo con la misión de vigilar el cumplimiento de las ordenanzas municipales pareciera un despilfarro, a eso debe dedicarse un cuerpo de elite que para eso lo tenemos.
El ejemplo canónico resaltando que en veinte kilómetros, entre Basauri y Santurce, hay siete u ocho policías, más si distinguimos entre la ertxaintxa de Deusto y la de Gregorio Balparda, parece argumento de autoridad para los adeptos.
No reparan ellos en que hay, así mismo, siete alcaldes, siete concejales de festejos, siete de urbanismo, siete de obras y servicios y así ad infinitum, además de siete responsables de normalización del euskera.
Ese despilfarro ya no hay que normalizarlo. A poder ser desanexionemos Begoña para tener otra republiquita con su consistorio y su canesú.
Lástima de la desaparición del guardia de la porra de los parques, que eran capaces de normalizarlo también.
País
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