viernes, enero 11, 2008

Lo que se va

Con ese titulo hace Eduardo Uirarte un análisis de la legislatura que termina. No es optimista, pero creo que se acerca muchísimo a la jodida realidad que nos deja el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero.

Para animar a su lectura completa, copio algunos párrafos para mí muy significativos:

La orgía nacionalista de San Mamés hay que tomarla como el resultado visual de la mínima defensa del proyecto en común, España, tras la concesión al nacionalismo de un modelo confederal que muta la Constitución mediante la aceptación del Estatuto catalán que luego la ciudadanía no refrenda con ningún fervor. Una legislatura en la que hasta sosegadas autonomías han acabado sumándose a la carrera del yo tanto como la que más, acrecentando, a su vez, como si estuviéramos en una parodia de las Cortes de Cádiz y las juntas provinciales, una enorme imagen de desgobierno.

... La mayoría no resuelve nada si su resultado rompe el marco legal –que este si es sagrado-. La mayoría es en democracia un instrumento al servicio del marco político consensuado, el que piense en reformas de grueso calado, como las que hemos vivido en esta legislatura, arropado en mínimas mayorías, camina hacia el desastre colectivo, mucho más si dichas reformas son de discutible legalidad.

.... Ante los varios y diversos disparates cometidos sólo queda que en la próxima legislatura se aprecie la necesidad, y posterior aplicación, del pacto de legislatura o la gran coalición. Si no seguiremos con retrasos en los AVE, los militares jugando al Álamo por ahí afuera, las orgías nacionalistas en San Mamés -donde la directiva del Athletic no se ha sumado ni a un minuto de silencio en homenaje a las víctimas del terrorismo para no politizar el campo-, los de ETA, a pesar de las detenciones, observando con precisión la debilidad de nuestro Estado, y, por consiguiente, ajenos a la necesidad de su liquidación. Los nacionalistas eufóricos y acelerados, mandando al paro, como a Imaz, a los pocos sensatos que aparecen, puesto que se está primando la radicalidad. Hasta que no se de la imagen de una nación con su Estado los trenes llegarán con retraso.

Salud

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que esta legislatura que termina ha sido como poco desconcertante, cosa lógica por otra parte, teniendo en cuenta que nuestro actual presidente ha tenido múltiples hipotecas que pagar en estos cuatro años, empezando por sus propios compañeros del PSC y terminando por los grupos políticos secesionistas que tienen representación en el Congreso y a quienes ha tenido que pagar con creces su apoyo político. De esos polvos vienen estos lodos. En fin, ahora vienen elecciones, cada uno hará lo que crea conveniente, es lo que tiene la Democracia.
Saludos

Rubín de Cendoya dijo...

Las hipotecas son permanentes cuando no hay mayoría suficiente y el sistema electoral propicia que no pueda existir un "partido bisagra" de implantación nacional.

Queda una pequeña esperanza con UPyD, pero tienen demasiadas trabas por delante.

La opción buena, que en los temas de estado se pongan de acuerdo los dos partidos mayoritarios, no parece factible a corto plazo.

Pena de país

Anónimo dijo...

Creo que es necesario en España que se ponga freno al poder de las minorias en el Congreso, no puede ser que un partido político que incluso es minoritario en su comunidad (E.R.C.) se convierta en la llave de la gobernabilidad de España, sobre todo si ese partido político lo que pretende es la desaparición del Estado. Algo parecido ocurre con partidos que antaño eran moderados y con visión de estado (P.N.V. o CiU) y que hoy día se presentan como radicales y rupturistas. Esto es escandaloso pero es algo que se ha permitido y que, sin duda, ha beneficiado tanto a P.P como al P.S.O.E.