Como toca ahora el 20 aniversario del Pacto de Ajuria Enea y todo el mundo habla del acontecimiento, no me resisto a contar mi experiencia cuando aquello.
Fue todo lo importante que dicen los medios o incluso más, a ras de suelo, en una pequeña localidad vasca significó para los excluidos un poco de conmiseración.
Supuso contar con la cercanía de quienes antes eran absolutamente neutrales, en el mejor de los casos, pues muchas veces era una de cal y cinco de arena.
Fueron años buenos para la gente de bien y malos para los amigos de los malos. Duró hasta que el nacionalismo se convenció de que tenía más que ganar con los malos que con los otros, que la racionalidad no casa con el romanticismo, que a irracionalistas le ganaban los terroristas y que no podían seguir consintiéndolo.
Se asomó el final con la parafernalia del documento Ardanza, para finalizar en Estella firmando un acuerdo con ETA. Otra vez vuelta a los primeros 80 y ahí seguimos,
Hay otra historia y otra épica de Ajuria Enea, pero desde la calle mal podrá demostrarse que esta que cuento no es la buena.
Salud
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