No es una novedad ya que repite el mismo, una desgracia para los que propusimos un cambio, pero algo se ha conseguido.
El PNV se ha dejado en el camino cuatro concejales y votos suficientes para cinco más. Ese voto no ha ido a la abstención mayoritariamente, con lo que puede que se acostumbre a no votar al partido nacionalista en futuras ocasiones.
La elección, que venía precedida de convocatorias de asambleas y actos de boicot, se desarrolló dentro de un orden relativo. Merece destacarse el discurso del portavoz de EBB-A, desmintiendo las insidias interesadas difundidas por el pueblo. Lástima que retiró su candidatura, lo que hubiera permitido visualizar quién puede sumar en esta legislatura y quién sólo provoca rechazo, aunque vista sus discursos con piel de cordero.
Ahora comienza un tiempo en el que urge acordar propuestas, y en el que el Alcalde deberá iniciar una forma de gobierno a la que no está acostumbrado, y mediante la que deberá recuperar el respeto de los grupos y el reconocimiento de los vecinos a los que tiene descuidados.
Esperanzas a pesar de la mala pinta que tiene un pleno en el que concurren siete propuestas que no parecen fácilmente compatibles.
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