Este rincón, que ya lleva unos meses, casi se inició con una polémica con quien resultó ser una concejala de EB de Sopelana sobre la injusticia distributiva de los sorteos de pisos. No quiero volver sobre lo dicho, no conozco a la concejala y no sé ni si repite legislatura, pero viene a cuento de que hoy publica DEIA un trabajo sobre un informe del Ararteko en que dice entre otras cosas lo que sigue.“El fin de los sorteos: La falta de pisos de alquiler no es la única crítica a las "manifiestamente mejorables" políticas de vivienda de las instituciones vascas. En opinión del Ararteko, también sería necesario acabar con el actual sistema de sorteo de viviendas protegidas.
"La filosofía no puede basarse en la suerte del que le ha tocado un piso de VPO, debe basarse en el interés público general", afirma Iñigo Lamarca.
El Ararteko recuerda que la fórmula de rifar las viviendas de protección es "excepcional" en el ámbito europeo, pese a que muchos países presentan "un claro exceso de demanda respecto de la oferta de vivienda protegida".
Para Lamarca, el actual sistema debería sustituirse por otro que prime la baremación de las necesidades individuales de vivienda, como ya ocurre en el resto de países europeos. No en vano, el sorteo "se ajusta peor a los principios de proporcionalidad y de justicia redistributiva", denuncia el informe.”
Vamos que lo que para la gente común es lo razonable empiezan a razonarlo así los políticos. Tiene gracia que no se percaten de que por cada piso que sortean generan la desilusión de cientos o miles de ciudadanos, puede que consigan cuatro votos de los afortunados y familia, pero el cabreo que le generan a la mayoría desafortunada no les puede compensar.
Allá ellos, por mi que sigan fiando la justicia a la fortuna, pero que no me vengan luego con que eso son políticas de izquierdas, serán políticas de vagos.
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