Hay una simpática polémica en un blog nacionalista. Se queja el bloguero de que IU, EB o cómo quiera llamarse, critica la rebaja de los 400€ en el impuesto a la par que magnifica el sorteo de unos pocos pisos entre millares de solicitantes.
El sorteo deviene en justicia distributiva y los 400 para cada quisque en “tratamiento igualitario a situaciones desiguales”, toda una filosofía de la “fraternité”.
escribe un sesudo defensor de los sorteos y compara el “cuponazo” de los pisos de Madrazo con el derecho universal de acceso a la sanidad pública.
Hace falta ser corto de entendederas o tener realmente ganas de engañar al prójimo.
No quería centrarme sólo en esos bienes.
Hoy he presenciado la expropiación de otro bien escaso,
Una valla de esas apropiadas para la colocación de pancartas ad hoc. Después de casi medio año sin ser utilizada la ha descubierto el sindicato nacionalista la antigua solidaridad de trabajadores vascos, y denunciaba en sus casi 50 metros de largo la falta de políticas sociales en el paisito. Esta tarde se han personado dos jóvenes y repartieron los espacios arrancando media pancarta para colocar la suya en denuncia de un fantasmal estado de excepción.
Los responsables de velar por el bien público ausentes.
Hay otro espacio público patrimonializado por el régimen. Se trata de cualquier mínimo altozano en el que colocan indefectiblemente una bandera. Se pueden contar hasta cinco en el rural de Sopelana.
Un mal ejemplo de los responsables del bien común, que en lugar de colocarlas en su debido lugar se esmeran en competir con los espontáneos sólo que además, con el dinero de todos, siembran de mástiles el espacio público.
No puede ser sólo por espíritu banderizo que se dedica el personal con tanta fruición a envolverse en la bandera, alguna razón profunda tiene que tener la cosa y que a un servidor se le escapa. Por más que lo pienso no le encuentro una explicación razonable a la proliferación de banderas en el paisito.
Se agradecerán explicaciones para el tema.
Salud
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