jueves, octubre 04, 2007

Inmigrantes

Este domingo coincidiendo con la celebración de un día dedicado al tema de la emigración se celebrarán actos en Guernica programados por diversas organizaciones de inmigrantes y también por otras de aquí.

De cuenta de ello El Correo en su edición de hoy, y quiero aprovechar la ocasión para colaborar con una reflexión que he leído recientemente. Ya tengo publicado que la revista Cuadernos de Alzate le dedica gran parte de su número 36 a un estudio de la obra de Hannah Arendt con motivo del pasado centenario de su nacimiento.

En este caso es Alejandro Sahuí de la universidad autónoma de Campeche en México quien escribe un ensayo sobre Arendt y la identidad política bajo el título de “EL INMIGRANTE COMO PARIA”.

Aunque tal vez Hannah Arendt no habría sostenido esta afirmación de modo categórico, no estimamos que atente contra su creencia razonable de que la política no debe ser entendida como mera herramienta para la satisfacción de necesidades. La política tiene que ver sobre todo con la construcción pública de la igualdad entre los individuos para lograr el ejercicio y desarrollo de nuestras libertades básicas. Pero la igualdad, y Arendt lo sabe no significa identidad. [...] la política ha de propiciar y proteger además la expresión y realización de lo que nos diferencia: ser el lugar de la justicia y de la libertad. Por eso, para el individuo que emigra es tan importante el reconocimiento político, social y público de la sociedad de acogida. Sólo mediante la atribución de iguales derechos y garantías que los nacionales, tendrá la posibilidad de realizarse como ser libre. Pero no es verdad que la indiferencia, mal entendida como tolerancia, les brinde el espacio suficiente para llegar a ser quienes de hecho quieran ser. La libertad implica un esfuerzo compartido, acciones positivas; no sólo cerrar los ojos o retirar la mirada. Y aunque la imagen de su desnudez en la intemperie nos provoque cierto pudor y vergüenza, procuremos siempre recordad que esa misma imagen será la mayor prueba de su humanidad, frágil, como la nuestra.

Salud

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