martes, octubre 23, 2007

Ibarretxe, eta y Downing Street

Sobre el tema ya me pronuncié hace días, pero hoy he encontrado un gran artículo de Rogelio Alonso, uno de los que más saben sobre el terrorismo del IRA (en el paisito léase “conflito” irlandés) por su estancia en aquella universidad, sus publicaciones y diversos artículos en prensa. Copio los últimos párrafos de lo que publicaba ayer en la tercera de ABC.

Mientras el nacionalismo norirlandés optaba por un «tibio autonomismo» con la esperanza de derribar el etnicismo excluyente detrás de la campaña terrorista, en cambio el PNV ansía desbordar la amplia autonomía que ha gestionado desde sus orígenes.

Así pues, es evidente que la Declaración de Downing Street no representó esa decisiva iniciativa que según el nacionalismo vasco habría empujado al IRA a detener el terrorismo. Debe insistirse en las críticas que tanto el IRA como el Sinn Fein dirigieron a esta iniciativa gubernamental, pues al subrayarse ese rechazo se constata el escaso rigor con el que Ibarretxe tergiversa la Declaración. Se desmorona así el principal argumento con el que el presidente vasco justifica la extrapolación de una medida similar al contexto vasco, pues esa supuesta relación de causa-efecto entre la Declaración y el cese de la violencia del IRA es inexistente.

En consecuencia la instrumentalización que de dicha Declaración realiza el nacionalismo no persigue aportar argumentos que hagan inevitable el final del terrorismo etarra. Por el contrario, tan deseable aspiración constituye únicamente un pretexto con el que legitimar propuestas nacionalistas que se benefician de una violencia cuyo final se promete, si bien sólo a cambio de la satisfacción de ciertos intereses del nacionalismo. Todo ello mientras Ibarretxe sigue obviando la evidente incapacidad de una libre autodeterminación de quienes continúan bajo la amenaza terrorista.

El recurso a esta Declaración le permite al nacionalismo establecer una comparación con un contexto de violencia definido por rasgos diferenciales sin parangón en nuestro propio entorno. Cierto es que el terrorismo constituye un denominador común de los conflictos terroristas en Irlanda del Norte y el País Vasco. No obstante, al homogeneizarse la violencia a pesar de las distintas causas que la motivan en uno y otro escenario, se subestiman los elementos distintivos de cada uno de ellos que obligan a descartar la exportación de ciertos instrumentos aplicados en Irlanda del Norte que resultan totalmente contraproducentes para el País Vasco. La Declaración de Downing Street es uno de ellos, pues facilita al nacionalismo vasco la redefinición del problema terrorista en un antagonismo entre el pueblo vasco y el Estado español. Así aunque ETA haya reconocido la insatisfacción que la Declaración provocó en el IRA, su reivindicación para el País Vasco le permite contextualizar la violencia terrorista como consecuencia de la negativa del Estado a reconocer la autodeterminación. Por ello la propuesta de Ibarretxe contribuye a deslegitimar las instituciones democráticas incentivando la perpetuación de una ETA que queda perversamente justificada.

Una cosa es lo que nos dicen y otra el “concepto” según nos recordó también ayer la sexta con la proyección de Airbag, la película de Argiñano y compañia.

Salud

No hay comentarios: