Han acordado, todos, que el valle de los caídos quede exento de la memoria. Cualquier calle perdida de un pueblo perdido ha de cambiarse, pero el super símbolo puede permanecer.
Dicen que prohibirán los actos de los nostálgicos. Resultará que la nieta bailona no le podrá llevar unas flores al abuelo el día de los fieles difuntos.
Para acabar bien, podían prender a unos cuantos del PP, que andan ahora crecidos y llevarles al valle para que lo vuelvan a dejar como lo encontraron los batallones de trabajadores.
En ese caso sí se podía redactar debidamente el último parte de guerra: cautivas y desarmadas las fuerzas facciosas, el pueblo en armas ha tomado Burgos. La guerra ha terminado.
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