A Cristina Peri Rosi la han censurado por no hablar en catalán en un programa de radio.
Escribe un buen artículo explicando el caso.
Ya se sabe, los totalitarismos no pueden consentir al discrepante, si no se le mata se le calla, se le persigue, se le aburre finalmente para que asienta o dimita.
Cuando lo que es normal en la calle llegue a ser normal en los sitios oficiales, el país empezará a parecerse a una patria.
País
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