Apoyándose en Grande Place la obra de Mario Onaindía, escribe hoy en El Correo un artículo bunísimo Andoni Unzalu.
Quiero resaltar dos ideas que me parecen cruciales. La primera se refiere a la culpa colectiva, a la parte que tenemos todos en “la cosa”, al efecto relata el lanzamiento de jerséis en las verbenas pueblerinas, que comparado con el “soy libre” de Jone en la obra, nos muestra el camino que nos queda para construir el relato del final, en que no se podrá hablar ya de libertad, lo mismo que no cabe la democracia después de Auswich sin una condena radical del nacismo, si antes no renunciamos los vascos de forma radical y absoluta al totalitarismo de ETA.
La segunda es consecuencia de lo anterior, copio el último párrafo del artículo de Andoni Unzalu, que no se puede resumir.
El mayor problema que tenemos hoy los vascos no es la desaparición de ETA, o por lo menos no sólo, ya que más pronto que tarde desaparecerá. El problema que se nos plantea es cómo vamos a contarlo. Cómo podemos definir la responsabilidad colectiva, porque el asesino físico, material era sólo el personaje principal de un teatro en que participamos muchos otros personajes secundarios. A mí me gustaría que hiciéramos acopio de valor suficiente para iniciar nuestro relato diciendo: 'hubo una época en la que éramos unos asesinos. Te voy a contar cómo pasó'.
Salud
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