lunes, septiembre 01, 2008

Nuestro gobierno o el mundo al revés

Se supone que el ciudadano espera de una administración diligente el silencio positivo. Quien solicita algo de una administración competente al no recibir respuesta en el plazo debido, ha de entender que ese silencio es una aprobación.

El viejo dicho de quien calla otorga trasladado a la administración moderna.
Pues no, aquí, en el paisito, el silencio positivo nos lo endilga la administración a los ciudadanos. Se lo apropia indebidamente.

Todo comienza con la alucinante idea de crear un servicio al que titula ZUZENEAN (a saber quien tendría semejante ocurrencia de nombrecito pegadizo). Se apropian indebidamente de los datos del padrón y nos mandan a los administrados una hoja volandera con mucha letra pequeña en que no dicen casi nada de lo que piensan hacer con ellos y para qué coño los pueden necesitar, a la par que cubren el formalismo de que si quieres que tus datos, repito que apropiados indebidamente, dejen de estar a disposición de lo que quiera la señora vicepresidenta, hemos de contestar a vuelta de correo en el plazo perentorio de 30 días contados a partir de la recepción de este escrito.

Con asesores jurídicos así, no me extraña que ande ahora el gobierno dando por perdida la batalla referendaria en el TC y ya sepa, escarmentado en cabeza propia, que no puede acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y una vez más mal aconsejado incite a que hagamos los vascos lo que no son capaces de hacer ellos.


Quién será la ignorante María Mutuberría Zabala que firma falsamente de puño y letra, usando un colorín de imprenta, una hoja volandera, la envía a los administrados y se permite amenazarles con el plazo perentorio de treinta días desde la recepción de un escrito sin que a ella le conste, no ya la fecha de recepción, si no que ni siquiera es capaz de hacer figurar una fecha de envío en el mismo y que ha sido enviado desde un lugar ignoto.

Que se vayan ya. Ibarretxe dimisión.

País

2 comentarios:

uomo dijo...

Estimado Sr. de Cendoya:

Recibí, como Vd., el mensaje que nos envió María Mutuberria Zabala, según parece la funcionaria del Gobierno vasco que dirige el “nuevo servicio de atención a la ciudadanía” que llaman ‘Zuzenean’, “la cara visible de la administración vasca”. Vd. tiene la culpa de que lo leyera, pese al tamaño de la letra. Se preguntaba Vd. en su intervención de anteayer en el blog de Santiago González: “¿Quién será el traductor del Zuzenean?”; había observado Vd. con fastidio que en el texto en vasco reza: “zerbitzu elebiduna (euskaraz/gaztelananiaz)”, mientras que el texto en español dice: “prestación bilingüe (euskera/español)”. ¿Le molestan las traducciones no literales? En ese caso, permítame señalar hacia otro pasaje del saludo algo seco de la funcionaria Mutuberria; “datu pertsonal hauek izango ditu: izen-abizenak, jaiotze data eta helbidea” se corresponde con: “contendrá los datos de carácter personal siguientes: nombre, apellidos, fecha de nacimiento, sexo y domicilio”. Creo que el lapsus que he descubierto corrobora las sospechas de Vd.: es visible el desaliño de la administración vasca.

Cordialmente,
Uomo

Rubín de Cendoya dijo...

Sr Uomo, tiene Vd. una gran generosidad para con nuestra administración. No es cuestión de desaliño. Simplemente nos toman por tontos.

Respecto a las traducciones, que yo no entiendo nada, me chocan algunas cosas. No hace mucho, aquí en el lugar hacían figurar el castellano como “erderaz” a la hora de traducir al euskera las actas de los plenos que, por supuesto, se habían desarrollado totalmente en castellano, (por diferenciarlo del español que también los es el euskera).

Se piensa la susodicha Sra. que está en el Batxoki, que es ella la que manda y los demás a obedecer.

Están tan imbuidos del mesianismo que ni se paran a pensar en que están administrando a unos ciudadanos que son plurales, y que la administración sólo se justifica porque respeta la ley. Si sobrepasamos ese umbral, estamos en la ley de la selva y todos tenemos el derecho a hacer lo que propugna el insigne consejero de justicia. Ni “puto” caso.

Personalmente estoy esperando la próxima comunicación del zuzenean ese para presentar una reclamación ante el defensor del pueblo.

En la red figuran otras muchas perlas que indican la falta de respeto que, tanto por los ciudadanos como por el euskera, muestra ese dichoso “servicio”.