Publica El Diario Vasco y lo recoge la Fundación para la libertad en su web un buen artículo de Andoni Unzalu.
Nos presenta un análisis brillante y claro de los tres pilares que han mantenido a los terroristas de eta y a la troupe que les secunda. La comunidad violenta.
El primero lo describe como la pretendida imbatibilidad del PNV, o la creencia en la mayoría natural de la comunidad nacionalista, la cual pensaba usurpar. Gracias a la actuación de Ibarretxe se vislumbra finalmente la pérdida del poder del PNV
El segundo elemento que ha dado cohesión a esa comunidad violenta ha sido la utilización instrumental del sistema democrático. Consiguiendo prebendas y cierta apariencia de legitimidad. Se termina con las sentencias de la semana mágica del tribunal supremo.
Y el tercer elemento que les proporcionaba cohesión era el uso de la fuerza. Destaca en este apartado que sólo cuando la actividad terrorista no ha sido suficientemente dura, han surgido las críticas en el seno de la comunidad violenta. Sitúa el resurgir violento de estos días como una confirmación de la necesidad de cohesionar ese mundo.
Copio el último párrafo del artículo que es un magnífico resumen.
El documental del fin de ETA hace algún tiempo que se está filmando. Es verdad que tiene capítulos diferentes. Hay una trama permanente que es la lucha policial y judicial. Con la Ley de Partidos se ha iniciado un segundo capítulo, que les expulsa de los beneficios de la democracia. El siguiente capítulo –que espero que sea en breve– será cuando se derrumbe la imbatibilidad electoral del PNV. Cuando ETB difunda las imágenes de un lehendakari no nacionalista cruzando la verja de Ajuria Enea y, algo después, un consejero no nacionalista pasando revista a la Ertzaintza en Arkaute el terrorismo quedará solo, sin ninguna cobertura. El terrorismo será violencia pura, sin nada a lo que agarrarse. Y será su final definitivo.
Ala vista de todo ello se hace cada día mas urgente, para que en el paisito podamos gozar del disfrute pleno de la justicia, que cerremos esos 30 años de espera del hijo pródigo, que todos asumamos que ese hijo pródigo no volverá “a la casa del padre” y todos obremos en consecuencia siendo una comunidad normal en laque se cumple la ley, incluyendo en ese cumplimiento las ordenanzas municipales que definen el ornato publico. Para ello existe una vía rápida de acceso que sería un gran y quizá el único servicio que Ibarretxe puede hacer a la comunidad.
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