¿Se imaginan algo así aquí en nuestro paisito?

Pues en Galicia no tenemos que usar la imaginación: un año más, Alberto Núñez Feijóo ha depositado flores ante la tumba de Castelao, el más conocido ideólogo del nacionalismo gallego y participante el 2 de abril de 1933 en un acto en la Casa de Juntas de Guernica en el que su Partido Galeguista firmó un “pacto de solidaridad” con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y con Acción Nacionalista Vasca (ANV). En 1936 fue cantidato del Frente Popular, integrado por ERC, el Partido Comunista y el PSOE, entre otros. En su libro “Sempre en Galiza” escribió lo siguiente sobre uno de los mayores genocidas de su época:

“Es preciso decir que apelo a Stalin, no por sentirme inclinado a la organización internacional que él dirige (yo vivo en latitudes muy distantes del comunismo), sino porque en el problema de las nacionalidades abraza con decisión el ideal patriótico de la libertad.”

“La teoría de Stalin sobre el problema nacional concuerda, en absoluto, con los sentimientos permanentes de Galicia, traducidos en palabras que el pueblo gallego supo pronunciar por boca de los galleguistas.”

Hablar en términos tan laudatorios de uno de los dictadores más brutales de su época dice mucho del pensamiento de este señor, y eso que pudo ver en persona las consecuencias de esa dictadura, pues Castelao visitó la URSS en 1938. A la vuelta escribía:

“Visitamos dos Repúblicas (Ucrania y el Azerbaidhán) y comprobamos que el problema de las nacionalidades quedó resuelto, previamente y definitivamente por medio de la libertad y de la democracia (claro está que hace falta dar una nueva definición a estos dos conceptos)” (…)

“En este aspecto yo creo que nosotros debemos aceptar para España una solución idéntica a la que dio la URSS y no conformarnos con otra.”

En fin, con estos planteamientos a pocos les puede extrañar que el nacionalismo gallego haya sido y siga siendo una fuerza muy minoritaria en Galicia. Lo sorprendente es que un partido de centro-derecha rinda homenajes al autor de esas burradas que aún alimentan el discurso del nacionalismo más radical.
Una muestra de ello es el descaro con el que Castelao defendió la imposición de su ideología a todos los gallegos, una actitud abiertamente antidemocrática que queda muy claramente expuesta en este párrafo de “Sempre en Galiza” que recordaban los amigos de Radikales Libres en noviembre de 2005:

“Un hombre que tenga fe en el ideal que propaga no debe resignarse a morir sin verlo realizado, a no ser que muera en lucha por su ideal. Y aún diré más, exponiéndome a que se dude de mis convicciones democráticas: si el pueblo no quisiera enterarse de lo que le conviene e hiciese desprecio del remedio que puede salvarlo, ¿habrá algún hombre de fe que dejase de imponer ese remedio incluso por la fuerza, si dispusiese de poder para tanto?“

Hay muchas citas de Castelao que no sólo dejan en evidencia su radicalismo sino también el ridículo del PP al rendir homenaje a ese ideólogo nacionalista. A modo de ejemplo, podría citar aquí la parte de “Sempre en Galiza” en la que Castelao se refiere a “la inexistente Nación española” para a continuación decir que “el sistema de Estatutos autonómicos es inadecuado y hasta ofensivo para los catalanes, gallegos y vascos” porque “Galiza, como Cataluña y Euskadi, es unha nación”, por lo que “no reconecerle el derecho de autodeterminación -incluso para vivir con absoluta independencia- será siempre un acto tiránico”.

¿Es éste el galleguismo que defiende el PP con sus homenajes a Castelao? ¿Hasta cuándo va a seguir el PP contribuyendo a la mitificación de ese ideólogo del nacionalismo más radical? ¿Hasta cuándo seguirá Núñez Feijóo reverenciando a un extremista al que bien podríamos definir como el Sabino Arana gallego?

Todo lo anterior lo he traído del blog de elentir.info CONTANDO ESTRELAS. Me parece instructivo mayormente por todas las citas que recoge de Castelao que realmente están tan fuera del tiempo como lo pueden estar las de Sabino Arana, con el agravante de que las del gallego se formulan trenta y cinco años después, ya pasada la gran guerra y con el estalinismo en plena matanza, más de 20 años después también de que un socialista español le dijera en la cara al dictador comunista que quería la “libertad para ser libre”.

En fin, los totalitarismos que se siguen juntando.

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