miércoles, diciembre 10, 2008

El caldo de cultivo de la violencia

La Fundación para la Libertad y la Fundación Miguel Ángel Blanco han realizado un acto en Bilbao con ocasión del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el que también participó la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo.

En este rincón quiero destacar algunas palabras que también recoge El Correo en su edición digital.

Haciendo honor al dicho de que no hay cuña como la de la misma madera, Emilio Guevara, ex diputado general de Alava por el PNV, antes de que este partido se embarcara en la alocada carrera hacia el soberanismo emprendida a raíz del asesinato por ETA de Miguel Ángel Blanco, hizo un discurso en el que destacó la necesidad imperiosa de terminar con
la equidistancia que tradicionalmente mantiene el nacionalismo institucional porque legitima indirectamente la actividad terrorista.


Guevara culpa directamente al nacionalismo sabiniano de ser el germen del terrorismo asesino y de lo que denomina el otro terrorismo
una clara violencia moral, social e institucional que vulnera otros derechos fundamentales. Mientras la acción policial y judicial está logrando reducir la acción terrorista, es la violencia moral y social la que alcanza hoy mayor intensidad y mayores dosis de crueldad y miseria: ya no se permite siquiera llorar a las víctimas, porque los que de verdad sufren son los asesinos y sus amigos.


Destaca también
El Correo unas palabras de Maite Pagazaurtundua y dice que durante muchos años la parte más influyente de la sociedad vasca ha sido tolerante con los comportamientos expansivos violentos de los fanáticos nacionalistas y que el grueso de la sociedad ha ido cayendo en la dictadura de un miedo paralizante que ha vuelto a muchos ciegos y sordos. A su juicio, esto ha ocurrido en los pueblos más pequeños, los pisos piloto de la ideología nacionalista porque muchos creían que todo eso era preciso para recuperar la identidad nacional y política vasca


Esto es lo que no quieren ver los dirigentes nacionalistas, entretanto el Lehendakari no se sabe si está en el tribunal de derechos humanos entregando firmas o secuestrado por el aparato nacionalista que se ve fuera del poder en el paisito, peor la verdad es que no aparece.

Vaya palabra de vasco que nos dio al prometer ir personalmente ante el tribunal a reclamar su derecho de autodeterminación.

Ibarretxe dimisión

2 comentarios:

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Y es que el ejemplo de Guevara, de Joseba Arregi, están a años luz del naZionalismo imperante en el paisito (al final me has pegado la expresión, amigo mío).

Un abrazo.
(Por cierto, no te imaginaba antimadridista. Yo era del Madrid cuando de niño vivía en Orense. Fue emigrar a Irún y coincidir con las dos ligas de la Real. ¡Cuán duro fue! Junto con alguna parte de la afición guiputxi, más algunas astracanadas de periodistas de DV -recuerdo al ínclito Luis de Andía, DIP-, me reforzaron en mi madridismo).

Rubín de Cendoya dijo...

Lo mío viene de más antiguo, de Ramallets y Kubala traidos por los hijos de los emigrantes a Barcelona en los finales del 50 y primeros 60, cuando en Queixa no había radio ni periódicos.

Bien sabes que se puede cambiar de pareja, de religión, pero de equipo de fútbol, no se conocen casos.

Saludos