En el paisito hay una casta de políticos que van sin escolta. Donde cualquier niño hijo de un guardia civil tiene que vivir en semi-gueto te puedes encontrar por la calle o tomando el cafelito de la mañana a todo un congresista nacionalista sin nadie de escolta, departiendo dicharachero con la clientela que le es conocida.
El que suscribe, al verle, terminó rápido el cortado y salió por patas, pues me parece un peligro que estos señores anden por ahí sin protección, corriendo los tiempos que corren.
Lo mismo que cuando me encuentro al Alcalde chiquiteando, si va sólo procuro alejarme, otra cosa es que comparta la escolta con algún concejal de la oposición, en ese caso ya me siento seguro.
Esta gente, que convive diariamente con otros iguales pero que viven con sombras para que no les maten, no se para a reflexionar en si se puede permanecer callados ni un momento ante semejante situación.
Hubo un tiempo, malos tiempos para el nacionalismo gobernante, en que se propuso que se protegiera solidariamente a los amenazados, pasó la campaña electoral y de aquello no hubo nada. Ya se había logrado el titular, para qué quieres más.
País
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