En unas declaraciones de precampaña electoral recientes, el alcalde de Bilbao y candidato a repetir en el machito se calentó la boca con la pasarela Calatrava más conocida en Bilbao por su placa Zubi Zuri. Lo que viene a ser como el puente blanco, aunque le pongan negro unos y otros.
El sucedido viene a ser que el Alcalde decidió colocarle al puente “de diseño”, que funciona muy mal como puente salvo para retratarse los turistas con el museo al fondo, un estrambote, para lo cual ha sido necesario mutilarle una de las barandas. Si el añadido no fuera de Bilbao, se diría que le quedaba a la pasarela igual que a un cristo dos pistolas, si bien se trata sólo de una y en su costado izquierdo.
No quiero entrar en la discusión de si tiene derecho el Sr. Alcalde a hacerle añadidos a la obra de Calatrava o no, ya lo decidirán los jueces que para eso los tenemos gracias a dios y a la inteligencia de los humanos que nos hemos podido dotar de tan sabia institución. Es de destacar el tono del Sr. Alcalde, rondando el lenguaje chulesco de barrio, al decir que si Calatrava denuncia al ayuntamiento, él le denunciará por todas las caídas de los vecinos en la pasarela deslizante y demás desperfectos que le lleva ocasionados a las arcas municipales. Hasta ahí podíamos llegar. Ignora el Sr. Alcalde que está ahí, al mando del Ayuntamiento, para velar por nuestros intereses, y que si tiene derecho a reclamarle a quien sea unos daños ocasionados, no tiene libertad para decir que no reclama, el si “no eres amigo no te ajunto” no lo puede decir la autoridad en tocante a la aplicación de las leyes. No puede una autoridad aplicar la ley ahora sí y luego no.
Sólo desde un espíritu predemocrático y prepolítico, sin entender que ya no estamos en el antiguo régimen, puede un cargo público amenazar con el cumplimiento de la ley. Un ciudadano que ame la libertad no amenaza con la aplicación de la ley.
Sólo un alcalde predemocrático y nacionalista por más señas, puede, desde su idea patrimonializadora de todo cuanto existe, decir que es nuestro puente, pero no es de recibo que amenace con hacer cumplir la ley.
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