lunes, enero 19, 2009

Genocidios

Cuando tanta desinformación nos está llevando a no saber ya de qué hablamos al decir genocidio ni holocausto, cuando circulan masivamente por internet caricaturas "pornográficas" equiparando el Holocausto con situaciones actuales en Gaza, o con la situación de los palestinos en general, merece la pena dedicar unos minutos a reflexionar sobre lo que se entiende por genocidio.


Antonio Elorza, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, publica un artículo en el número 189 de Claves de Razón Práctica correspondiente a los meses de Enero-Febrero, que es de lo más oportuno, dado el falso debate que se está produciendo en el país, con manifestaciones y grandes pancartas en las que se tacha a Israel de genocida y cosas peores, si eso fuera posible.

Comienza el artículo exponiendo los orígenes del término debido al esfuerzo y el estudio sistemático desarrollado por el judio-polaco Rafaël Lemkin desde el año 1921.

Es Lemkin quien presenta ya en la Asamblea de Derecho Penal reunida en Madrid en Octubre de 1933 el primer diseño de lo que será luego su propuesta a la ONU en 1946.


“Quien por odio hacia una colectividad racial, confesional o social o con el propósito de exterminarla emprenda acciones contra la vida, la integridad corporal, la libertad, la dignidad o la existencia económica de una persona perteneciente a aquella, se hace acreedor, por acto de barbarie de una pena ….”


Están ya ahí los componentes de la definición del delito de genocidio; a) la comisión de un acto criminal de masas como base material; b) la causa primera, el odio o la voluntad de exterminio de un grupo humano; c) la caracterización de éste por rasgos étnicos, (raciales), religiosos o sociales.

El acto de barbarie considerado no es una simple explosión de violencia, sino la aplicación de unas ideas y actitudes que lo preceden y explican.


Lemkin distingue distintas categorías de genocidio: físico, biológico o cultural.

Tras advertir de que el genocidio por excelencia es el sufrido por el pueblo judío, Elorza describe los genocidios del siglo XX, donde la mayoría son de carácter político o cultural.

Cronológicamente estudia el genocidio armenio sobre estos en Anatolia en 1915 perpetrado por el gobierno Turco tras la conversión del imperio otomano en un Estado-nación. Muy documentado por Raymond H. Kevorkian.


Le sigue el genocidio soviético de Lenin y Stalin también profusamente documentado en los últimos años pero del que ya Hannah Arendt da buena cuenta en época tan temprana como el año 1951 al publicar los orígenes del totalitarismo.

Antonio Elorza razona la no inclusión de los crímenes del comunismo en Asia (revolución cultural China y los jemeres rojos de Camboya) ya que se trata de “
Un desastre causado por una delirante forma voluntarista de comunismo, un crimen contra la humanidad, no un genocidio”. Le falta la voluntad de exterminio.

Sobre el genocidio durante la guerra de España, aporta documentación donde se manifiesta la voluntad de los generales Mola, Queipo de Llano y Franco de eliminar a los miembros y dirigentes de los partidos y sindicatos adictos al Frente Popular.


Termina el artículo con la parte más extensa dedicada al estudio de un Genocidio anunciado. El que desde los albores del islamismo en Medina proclaman sobre los judíos.

Antonio Elorza, que ha publicado varios libros sobre el Islam, desarrolla la lógica de la identidad asesina (Amín Maaluf) desde antes de los inicios del islam, con la noción hebraica de “pueblo elegido”.

Inicia el estudio con la exterminación de los judíos de Banu-Qurayza. Cita los hadices y recoge uno en palabras de al-Bukhari a sus discípulos y recogido no hace mucho por al-Zawkiri para asesinar judíos y norteamericanos “
Combatiréis a los judíos de manera que uno se esconderá detrás de una roca y ésta gritará: Oh, servidor de Alá! Un judío se ha escondido detrás de mí, ven a matarle

Finaliza el artículo con unas consideraciones sobre la sentencia de nuestro Tribunal Constitucional con la que se anula la calificación de delito la negación del Holocausto; “
si el derecho no debe ser confundido con la historia, tampoco puede proceder desde la ignorancia de la historia

Termino copiando dos párrafos finales:


…la lucha preventiva contra futuros genocidios parte de la vigilancia y de la oposición intransigente a las ideologías y a los prejuicios que de modo abierto o larvado alienten la xenofobia o la discriminación de otros grupos humanos.

El olvido del genocidio contribuye inevitablemente a su reproducción.


Salud

2 comentarios:

García Francés dijo...

Gracias, D, Rubín , por el esfuerzo para presentarnos el trabajo de Antonio Elorza y enlazarlo en mi blog.

Me parece esclarecedor.

Un abrazo, amigo.

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Me uno al agradecimiento de Don Alfredo, Rubín. Es más que esclarecedor. Es necesario.

Antonio Elorza representa una postura decididamente valiente, en lo intelectual, frente a la estulticia del pensamiento único dominante. Escribió hace unas semanas en El País un artículo muy interesante en el que reproducía uns sesión de intelectuales en un foro de la "Alianza de Civilizaciones"... Para echarse a temblar.

Un abrazo, amigo.