domingo, enero 11, 2009

Hay esperanza

Solucionados (provisionalmente) los problemas de cambio de equipo, quiero llamar la atención de ustedes sobre un gran artículo que publica Joseba Arregi en El correo.

Dice cosas tan sesudas como las que le copio:

El nacionalismo vasco ha sido tremendamente inteligente, ha sabido hacernos aceptar su imaginario, ha conseguido que su imaginario sea el imaginario del conjunto de la sociedad. Y a partir de ahí, estamos presos: sólo podemos pensar como los nacionalistas. Estamos perdidos de antemano. La sociedad vasca nunca va a poder sacar fuerzas desde sí misma para superar el más profundo síndrome de Estocolmo que nos ha inoculado el nacionalismo.

Sólo podemos ser salvados desde fuera. Desde el Estado, administrado por los dos grandes partidos, PP y PSOE. Pero el interés de éste está más en deslegitimar al PP y anularlo como oposición que en pensar en la consolidación del Estado de Derecho, aunque sea en Euskadi, piensa el PP. Y en el PP están más interesados en desgastar al Gobierno y en quitar toda legitimidad al PSOE para gobernar España, piensan en el PSOE.

La sociedad vasca no está condenada a seguir bajo el imaginario nacionalista para siempre jamás. ETA desaparecerá. Hay que hacer todo lo posible para que el nacionalismo se enfrente a su reto de democratización definitiva entendiendo con todas las consecuencias que la sociedad vasca es plural y compleja. El Estado de Derecho que es España es más fuerte que lo que el juicio de intenciones entiende que es la mutación constitucional a la que le quiere someter Zapatero. Y la derecha española es más democrática de lo que una izquierda dogmática -y por ende absolutista- está dispuesta a creer. Y es posible el cambio, y es posible luchar y avanzar hacia la cultura constitucional en la sociedad vasca. Y es posible seguir machacando hasta el agotamiento que lo que constituye al ciudadano son los derechos y las libertades, y no las creencias religiosas, ni las identidades, ni los sentimientos de pertenencia, ni las lenguas. Tomaremos un respiro y volveremos a la carga. Porque nadie tiene derecho a perder la esperanza.

Amén

1 comentario:

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Bueno, Rubín, afortunadamente se ha solucionado los problemas técnicos.

El artículo de Joseba Arregi no puede ser, en mi opinión, más acertado. Preciso, evitando la hojarasca, elejado del maniqueísmo. Es un pensador necesario y, desgraciadamente, muy poco divulgado.

Cuando convenía solía participar en algún programa de Iñaki Gabilongo, en la Ser... Claro que de eso, hace mucho.

UN abrazo.