Desnudo

Parece ser que ahora nos estamos empezando a dar cuenta cada día de que el rey va desnudo.

Hoy le tocó el turno al gobierno de navarra. Tan foral él y tan así. Pues resulta que se ha percatado ahora de que la dichosa korrika en su decimosexta edición exalta el terrorismo con fotos y símbolos. Pobre país.

Llevamos decenas de años de silencio vergonzante por parte de los gobiernos, pero también por parte de los partidos políticos (todos aunque en muy distinto grado), la fiscalía, la policía, incluso los jueces ante los abusos de ese mundo que subliminalmente une euskera, nacionalismo, independencia, apoyo soterrado a ese mundo que mezcla el euskera, con la amnistía, etc.

En el paisito, y parece que también en Navarra hasta ahora, con nombrar el euskera era suficiente para tener derecho de pernada sobre todo bicho viviente. Por el euskera valió todo.

Hay seres angelicales que son capaces de pensar y lo manifiestan así, que el euskera está al nivel que está porque Franco lo prohibió. Son esos mismos que callan que el viejo fuero vetaba a los monolingües euskaldunes para representar a sus vecinos en juntas.

Arrastramos desde hace ya muchos años un grave error con el tema del euskera. José María Ruíz Soroa lo argumenta estupendamente en su ponencia “Política lingüística y democracia constitucional” del libro colectivo “La política lingüística vasca a debate” editado por Ciudadanía y Libertad (distribución gratuita solicitándolo en esta dirección), de allí recojo una cita que atribuye a J.R. Lodares y que me parece el eje central del propio debate:

Hay algo profundamente extraño en estar discutiendo “por qué” unas personas deben o no hablar una lengua. Las personas nunca se han preguntado sino el “para qué”, qué ofrece y qué ventajas tiene una lengua”

Cito de memoria, pero ya Sabino Arana, que no tenía su “propia” lengua como materna, propugnó la política que lleva a cabo nuestro gobierno: fundar empresas de todo tipo en las que sólo puedan trabajar los euskaldunes para así hacer notar el valor de la lengua que no poseía.

Todo eso es trabajar y gastar tiempo y dinero en vano, pisoteando los derechos personales de tantísimos ciudadanos, pues a la larga, la historia seguirá con su inapelable marcha y los idiomas más “útiles” serán cada vez más usados.

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