jueves, octubre 23, 2008

Deprimente


Ver las maniobras y las mentiras de nuestros gobernantes para que les inviten a un acto en el que no les quieren, no por lo que representa España, sino por quien la representa, es deprimente.

Rosa Díez lo cuenta maravillosamente en su blog, por si no han tenido ocasión de leerlo se lo acerco aquí.


No puede ser que, quien no se preocupó de nuestras relaciones internacionales durante cinco años, y se dedicó a incomodar a nuestros aliados naturales todo lo que ha podido, se declare ahora ofendido porque no cuentan con su sabiduría.


Una pena, pero como también dice Hermann Terstsch hoy en ABC tenemos lo que nos merecemos por haberle reelegido sabiendo lo que sabíamos.


Utilizar ahora al jefe del estado para limpiar la imagen de un presidente impresentable en la escena internacional sólo puede llevarnos a desmerecer la figura del rey, lo que no dejará de tener un costo que pagaremos en convivencia.


País

1 comentario:

García Francés dijo...

D. Rubín, buena visión del problema y buena eleccion de las personas citadas, Rosa y Hermann.

El Sr. Zapatero ha tenido con nuestros aliados una actitud de hooligan preuniversitario respecto a unos (USA y Europa) y de zalamería romántica frente a otros (los más patéticos de Hispanoamérica). Y eso tiene un coste. Lo pagaremos a escote, amigo.