Entresaco, a continuación, párrafos de un buen artículo publicado por Victoria Díaz, una luchadora de siempre y siempre en la frontera, en su ventanita de Xornal.com.
“Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra…”
Blas de Otero
Aprendí que el don de la palabra era requisito del hombre.
El evangelio de San Juan dice: “el Verbo es la vida. La Vida es… la luz”.
No entiendo al quien niega la fuerza de la palabra para resolver conflictos, me importa tres cominos si es de derechas de izquierdas o de centro.
Hablar, hablar, volver a hablar… una y otra vez, nada de soberbias ni de bombas. A los chicos que llevan la palabra libertad en sus siglas, y que en su sello está una culebra reptando por un hacha, no les puedo suponer inteligencia… les supongo mucho egoísmo y soberbia juvenil, sé que es difícil el diálogo con los que se creen en posesión de la VERDAD.
Pero creo en la inteligencia de Rajoi, del alcalde de Madrid, de doña Esperanza, condesa consorte de Murillo; puedo creer en esas personas a las que no daría mi voto, pero si tienen mi respeto.
Pero creo en la inteligencia de Rajoi, del alcalde de Madrid, de doña Esperanza, condesa consorte de Murillo; puedo creer en esas personas a las que no daría mi voto, pero si tienen mi respeto.
Me asombra que se nieguen a dialogar con los que ya han dialogado…
“No es ésta ya la hora de la flauta.
Es la hora de andar,
de salir de la cueva y de andar…
de andar… de andar… de andar”.
León Felipe.
A los que creen en verdades únicas, en patrias superiores a la vida de las personas, no les puedo suponer inteligencia y si la tuviesen su afán de poder les ofuscaría de tal manera que no les permitiría utilizar ese don.
“Paz
para el día.
En el nombre
de España, paz”
Blas de Otero
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