Oteiza compara el arte de Lascaux y Altamira con el cromlech vasco, trazando un paralelismo entre el arte clásico y el moderno (por tanto entre la literatura clásica y la moderna) .... La conclusión a la que llega Oteiza es que “el cromlech sería la ciudad íntima de la persona” no del grupo o de la tribu porque es individual: lo cual le alejaría del tradicionalismo y le acercaría a lo moderno, es más, a la posmodernidad, en que el lenguaje artístico no es que sea individual sino que cada obra tiene su propio imaginario y símbolos particulares, así como su lenguaje particular.
El pueblo vasco es siempre cosa de dos. Oteiza se refiere a Ignacio de Loyola y a Francisco Javier, y a Lope de Aguirre y a Ursua.. En una ocasión le escribí una carta permitiéndome recordarle que también para Moguel lo característico era la escisión, la división, y por eso habla de Peru Abarka, el casero y Joanes el habitante de las villas.
La reivindicación del ciudadano singular y la comprensión de que hay que vivir con el “otro” ... Txabi Etsebarrieta y Pardines, es difícil de imaginarse algo más diferente pero conviviendo en una estatua y formando, por tanto, un espacio donde podamos convivir todos los vascos: he ahí el mensaje de Jorge Oteiza, más actual que nunca. Tan actual, que todavía está adelantado a su época, por desgracia.
Lo anterior son párrafos escogidos, quizás demasiado al azar, de una obrita publicada en Septiembre de 2003 en la colección Rosa de Nadie por la Fundación para la Libertad (Vitoria) escrita por Mario Onaindía, con el título de VISIÓN OTEIZIANA DE EUSKAL HERRIA.
Que la diversidad nos sea permitida por siempre
Lo del Estado fallido no es un ejemplo de bulo. Es el horizonte al que
apunta la proliferación de los bulos.
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La agitación verbal acaba por agitar los ánimos, que es lo que busca, y de
los ánimos agitados puede esperarse cualquier cosa. Así se crea un estado
de op...
Hace 2 horas
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