lunes, noviembre 02, 2009

Más y más "estado"


Hoy he leído “de casualidad” un pequeño gran artículo de Edurne Uriarte.

Esta catedrática de Ciencias Políticas, que, como Indalecio Prieto, fue socialista en Vizcaya a fuer de liberal escribe sobre el caso de ese niño gallego que la Xunta gobernada por el PP quiere arrebatárselo a sus padres porque engordó.

Acierta la articulista en que no se levantaron voces en contra de tamaña estulticia, quizá porque el niño es de etnia gitana o más cierto porque es de familia pobre. No importa ahora el hecho concreto, sino que reflexionemos sobre hasta dónde cree el Leviatán que puede llegar para “salvarnos”.

Alguna vez ya inicié el tema en este rincón a cuenta de las nuevas prohibiciones del fumar, y otras semejantes (recuerden la revuelo y la retirada del anuncio de la hamburguesa grande) y mantengo una apuesta a que, no tardando, habrá un gobierno que prohíba el chuletón de Bérriz o el de Frúniz, pueblo natal de Edurne.

Les dejo un buen párrafo del articulito y les recomiendo que lo lean entero, que además es muy corto.

Pero hay algo incluso más inquietante que el racismo y el clasismo en esta persecución del Estado a unos padres. Es el absurdo, la arbitrariedad, la incongruencia, la pura imbecilidad. Si el Estado quiere y puede arrancar a un niño con sobrepeso de la tutela de sus padres, debería hacerlo de la misma manera con todos los menores anoréxicos. Por ejemplo. Y con mucha más rotundidad, puesto que sus problemas de salud, incluso su peligro de muerte, son peores que en el caso gallego de obesidad.

País

3 comentarios:

El rincón de Chiriveque dijo...

Rubín, la verdad es que los padres no es que sean muy avispados pero seguro que quieren a su hijo con locura. Y, desde luego, por anorexia habría muchísimas más razones, si bien lo lógico sería ingresarlas hasta que estuvieran curadas del todo...

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Yo, amigo Rubín, como liberal que soy, cuando menos intervencionismo del Estado en nuestras vidas, mejor. Es más, no hay cosa más odiosa que el poder coercitivo de éste para presionarnos...

Ahora bien, la actitud de estos padres orensanos no ha podido ser más irresponsable. No se les puedem dar a los niños, chuche va, chuche viene, palmera, donuts,...

UN abrazo.

Rubín de Cendoya dijo...

Amigos, no estoy defendiendo que los padres tengan derecho a disponer absolutamente de la vida del hijo, matándolo a golosinas; pero es bien claro que el poder ha tomado la inicativa más alejada de la mínima intervención que es lo que se le debe suponer.

En resumen, entre retirar la patria potestad y no hacer nada, hay muchos intermedios desarrollados en la asistencia y educación sociales.

Saludos