La decisión “histórica” por la que un parlamento autonómico solicita a Unipublic , S.A. que pase la vuelta ciclista por su territorio, ha tenido lugar hoy entre nosotros.
No conformes con la machada anterior, nuestros representantes, ya puestos, acordaron dirigirse a la Federación Española de Fútbol pidiendo partidos de “la roja” en el paisito.
Ambas cosas son bien distintas y tienen cauces muy diferenciados, para lo uno está la decisión libre de una empresa privada, y para lo otro se requiere la cesión de un campo de fútbol con la consiguiente oferta de un club.
Hubiera sido lo correcto que en la negociación con “nuestrrrro (arrástrese debidamente la erre múltiple como sugiere el amigo Ferchu en su blog Bilbaíno de pro) Atlhetic” para pagarle un campo nuevo, a escote entre todos los vascos, se le incluyera dicha invitación a la RFEF. Pero eso no se ha querido así, se trata de hacer ruido y al mismo tiempo envenenar una posible normalidad.
Respecto al ciclismo es bien sabido que no se acerca a Bilbao porque nadie garantiza la seguridad de la etapa, desde aquellos no tan lejanos años negros, en los que un deseo de ETA eran órdenes explícitas para todos los vascos de obediencia nacionalista y otros muchos que luego se fueron arrepintiendo más o menos precozmente.
Se supone que Unipublic sabe de la afición al ciclismo que hay en el paisito y de lo rentable que pudiera ser la presencia de la vuelta en estas tierras, pero no tiene la debida garantía de su celebración pacífica.
Ahí debiera actuar eficazmente nuestro gobierno y nuestro parlamento, no en montar un circo mediático en busca de un titular.
Perdonen ustedes la osadía, pero es para clamar con el maestro Ortega aquello de “no es esto, no es esto” que le dedicó a la naciente segunda república a la vista de los derroteros que estaba tomando.
Una cantidad inmensa de españoles que colaboraron con el advenimiento de la República con su acción, con su voto o con lo que es más eficaz que todo esto, con su esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos: «¡No es esto, no es esto!»
La mayoría parlamentaria constituida en Vitoria y el gobierno que apoya tienen suficiente campo para trabajar serenamente sin distraernos con estos juegos florales o folclóricos.
País
No conformes con la machada anterior, nuestros representantes, ya puestos, acordaron dirigirse a la Federación Española de Fútbol pidiendo partidos de “la roja” en el paisito.
Ambas cosas son bien distintas y tienen cauces muy diferenciados, para lo uno está la decisión libre de una empresa privada, y para lo otro se requiere la cesión de un campo de fútbol con la consiguiente oferta de un club.
Hubiera sido lo correcto que en la negociación con “nuestrrrro (arrástrese debidamente la erre múltiple como sugiere el amigo Ferchu en su blog Bilbaíno de pro) Atlhetic” para pagarle un campo nuevo, a escote entre todos los vascos, se le incluyera dicha invitación a la RFEF. Pero eso no se ha querido así, se trata de hacer ruido y al mismo tiempo envenenar una posible normalidad.
Respecto al ciclismo es bien sabido que no se acerca a Bilbao porque nadie garantiza la seguridad de la etapa, desde aquellos no tan lejanos años negros, en los que un deseo de ETA eran órdenes explícitas para todos los vascos de obediencia nacionalista y otros muchos que luego se fueron arrepintiendo más o menos precozmente.
Se supone que Unipublic sabe de la afición al ciclismo que hay en el paisito y de lo rentable que pudiera ser la presencia de la vuelta en estas tierras, pero no tiene la debida garantía de su celebración pacífica.
Ahí debiera actuar eficazmente nuestro gobierno y nuestro parlamento, no en montar un circo mediático en busca de un titular.
Perdonen ustedes la osadía, pero es para clamar con el maestro Ortega aquello de “no es esto, no es esto” que le dedicó a la naciente segunda república a la vista de los derroteros que estaba tomando.
Una cantidad inmensa de españoles que colaboraron con el advenimiento de la República con su acción, con su voto o con lo que es más eficaz que todo esto, con su esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos: «¡No es esto, no es esto!»
La mayoría parlamentaria constituida en Vitoria y el gobierno que apoya tienen suficiente campo para trabajar serenamente sin distraernos con estos juegos florales o folclóricos.
País
2 comentarios:
No puedo estar más de acuerdo, Rubín. Al final parte de estas acciones se quedan en juegos florales o de artificio (este último caso bastante peor, por el estruendo que ocasionan).
Es momento de trabajar con serenidad, como bien señalas.
Un fuerte abrazo.
D. Rubin, con el ciclismo me pasa lo mismo que a Zapatero con la economía y que a Rajoy con la política, no tengo facultades.
Un abrazo, amigo mío.
Somalia, secuestros FACTORY, España, la PAGAFANTAS
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