Hoy en El Correo hay dos artículos muy contradictorios sobre la ilegalización de las candidaturas de Bildu, se confirma así la de cal y la de arena tan típica en este medio, les recomiendo su lectura
Javier Tajadura Tejada es profesor de derecho constitucional en la UPV y en su artículo El Supremo y Bildu sostiene que La decisión de la Sala Especial del 61 de anular las candidaturas de Bildu resulta constitucionalmente no solo proporcionada sino obligada para preservar el Estado de derecho
Lean su artículo completo, sólo destaco este párrafo:
En este recurso las tesis en pugna eran muy claras. Según el Gobierno y el Ministerio Fiscal, las candidaturas de la coalición Bildu se configuran como una sucesión o continuación fraudulenta -y por ende ilícita y prohibida- del complejo ETA-Batasuna. Según Bildu, sus candidaturas constituyen un legítimo cauce de participación política de un sector social del País Vasco desligado por completo de cualquier relación de subordinación o connivencia con los partidos ilegalizados, y sin vinculación alguna con ETA.
Fácilmente se comprende que, de la misma forma que en el 'caso Sortu', la cuestión decisiva es, una vez más, la prueba de la continuidad y por tanto del fraude. Cabría distinguir así dos tipos de pruebas, las subjetivas (personas promotoras e integrantes de las candidaturas) y las objetivas (documentos, declaraciones, informes policiales, etc.). El Supremo entiende que estas últimas son las decisivas. Así, en el fundamento jurídico número 11 (de casi cuarenta páginas de extensión) la sala analiza siguiendo los criterios interpretativos fijados por la jurisprudencia de los tribunales Constitucional y de Estrasburgo, un abundante material probatorio constituido por documentos, declaraciones, conversaciones telefónicas y reuniones. La valoración global de la prueba lleva a la sala a la conclusión de que «salvo que se quiera mantener formalmente las apariencias a riesgo de hacer la realidad ininteligible, la coalición electoral Bildu responde a lo que fue el designio inicial de un acuerdo inicial suscrito entre Batasuna, Eusko Alkartasuna y Alternatiba: una coalición que permite a Batasuna/ETA volver a la presencia institucional».
De los propios documentos de ETA-Batasuna se deduce con claridad que Bildu era el 'plan B' diseñado para el supuesto de que el 'plan A', la constitución de un nuevo partido legal (Sortu), fracasase. Es ese diseño y esa voluntad defraudatoria y no el elemento personal el que fundamenta la anulación de las candidaturas. Importa subrayar que es el hecho probado de que toda la operación fuera diseñada y dirigida por ETA-Batasuna el que fundamenta la anulación de las candidaturas. El elemento personal, esto es, quienes forman parte de las mismas, es, en este caso, jurídicamente irrelevante.
Pello Salaburu , que se manifiesta independiente pero que es nacionalista y no sé si independista, escribe en su artículo Un grave error sobre anécdotas e intenciones, no analiza la sentencia bajo criterios jurídicos y sostiene posiciones de buenismo tales como:
Es un error, porque impide que un porcentaje importante de la sociedad vasca pueda votar la opción que más le convence; es un error porque se trata de una decisión tomada por los pelos (nunca una decisión de estas características debería ser adoptada por una mayoría tan exigua); es un error, por las consecuencias previsibles de este fallo (el término encaja como anillo al dedo) que supone una publicidad gratuita, de cara al futuro, para un sector que estaba claramente delimitado por una línea con respecto al conjunto de la sociedad. Hoy, esa línea se ha quebrado, y ha aumentado el número de muchos desencantados que esperan la menor oportunidad para mostrar su enfado con algo que consideran ataca la línea de flotación del sistema democrático. Tengo la impresión de que todo esto va a dar alas en el futuro al mundo de Batasuna.
La vieja tesis de no molestar a la bestia tan querida por el nacionalismo desde el inicio de la transición y que nos llevó a la mayor indignidad frente a las víctimas.
País
5 comentarios:
La comprensión del sistema frente a la ceguera de los intereses propios defendidos a ultranza o la historia trágica del País Vasco en democracia.
Pasa Rubin, que la Sentencia del Supremo también se compone de un voto discrepante de 6 magistrados.
Voto perfectamente razonado, que va como del agua al vino respecto a la opinión de los 9.
Ante esta pugna, ante la sentencia puramente ideológica y especulativa, la parte discrepante razona juridicamente que no se puede, en democracia, suponer que ETA está detrás de BILDU.
Por tanto, ante derechos tan fundamentales como el derecho al sufragio, no cabe sino que el TC se posicione a favor de BILDU.
Y el Correo translada esta postura de división en sus artículos, faltaría más.
Y la opinión mayoritaria de la sociedad vasca es la que es.
Iban, se bienvenido si vienes para discutir razonadamente; lo dudo porque tu argumento acerca de que la postura mayoritaria de la sociedad vasca tiene algo que decir en un procedimiento judicial como el que estamos tratando, cuando menos asusta.
La sociedad vasca que tu supones tan única, no hace mucho ni reconocía a las víctimas del terror, y hace un poco más celebraba los asesinatos.
El problema no es que EA sea parte de ETA, el problema, y lo dice la sentencia, es que la creación de BILDU es parte de la estrategia de ETA puesta en marcha al no poder presentarse con SORTU, lo mismo que HB era parte de la estrategia de ETA aún cuando se presentaba legalmente a las elecciones.
Vamos Rubin, que presentar a Pello Salaburu (antiguo rector de la UPV), persona cuya simpatía por la Izquierda Abertzale es nula, como un "nacionalista" (por tanto, ya se ve), no es de recibo.
Y el Correo es un medio de su Pueblo (no era el Pueblo Vasco), que menos que pulsar la opinión mayoritaria de la sociedad.
A pensamiento único, ya tenéis el Mundo, La Razón..
Qué tal si lo dejamos Iban?.
No te voy a borrar ese pueblo que pones con mayúscula aunque repugna a la democracia, pero así no se puede seguir.
Hoy me sorprendió un ministro, supongo que con declaraciones para la galería, pero dijo una gran verdad sin citar al autor que yo ahora desconozco: La democracia consiste en el cumplimiento de la ley. Y así es, sin la presencia de sentimentalismos ni opiniones personales; cuando hay discrepancia se va al juez y dicta sentencia.
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