viernes, julio 16, 2010

Reincidir

Eso hago en este rincón, pero es que la ocasión lo merece. No quiero resistirme a traerles otro artículo de Roberto Blanco Valdes, que publica hoy en La Voz de Galicia. Viene a cuento del debate habido estos días en el Congreso y que tanto está dando que hablar la respuesta de Zapatero a Rosa Díez.

¡El capitán Zapatero al rescate!

El título de esta columna -y también el argumento- podría ser el de una película de aventuras o el de un cómic: Superman, Batman, El capitán Trueno al rescate!

¿Y qué pinta en medio de tal tropa el presidente del Gobierno?, dirán ustedes con razón. La cosa es fácil, aunque increíble: Zapatero ha entrado en el grupo de los rescatadores, no porque pretenda liberar a «la chica» de las garras del truhán o evitar una guerra planetaria robándole al maloso el arma secreta que él solo está dispuesto a devolver a cambio de un pastón. No; Zapatero lo que desea es rescatar los pocos preceptos del Estatuto catalán que han sido declarados inconstitucionales por quien legalmente puede hacerlo.

La cosa daría para una compleja disquisición jurídica con la que no voy a castigarlos, pero da también para un comentario de carácter general que a todos interesa. Porque, no contento con haber metido al país en el follón de una descabellada segunda descentralización que ha puesto patas arriba el estado autonómico español, Zapatero vuelve a mostrarse dispuesto a lo que sea con tal de no perder ni un voto en un caladero electoral -el catalán- del que han dependido sus dos victorias en elecciones generales.

Un presidente serio y responsable hubiera defendido el papel de las instituciones y, entre ellas, el del tribunal que ha apreciado, por cierto de manera harto generosa con la norma estatutaria y quienes la impulsaron, que algunas de sus previsiones son inconstitucionales.

En lugar de eso, el presidente desautoriza de plano al tribunal cuando promete meter por la puerta de atrás lo que aquel ha sacado por la puerta de delante, mientras su segundo, José Blanco, acusa al PP de ser, nada más ni nada menos, que «el mayor enemigo de Cataluña» por haber hecho uso de un derecho que le confiere nuestra ley fundamental (recurrir en inconstitucionalidad) y pese a saber que la sentencia del TC es la mejor prueba de que la presentación de tal recurso estaba justificada plenamente.

Y todo ello bajo la proclama, expresada ayer por Zapatero en el Congreso, de que «no podemos tapar la boca a los que se sienten una nación». ¿Quién les tapa la boca, presidente? ¿Cómo se puede ser tan demagogo e irresponsable cuando acaba de celebrarse en Barcelona una manifestación en la que cientos de miles de personas marcharon tras una pancarta que rezaba «Som una nació»? No, nadie impide a los catalanes que así lo sientan proclamarse una nación. Lo que se les impide, a ellos y a los demás nacionalistas, es lo que se le impide a cualquier particular, aquí y en todas partes: que, para satisfacer sus deseos, actúen como si la Constitución y las leyes no existiesen. De eso se trata, aunque sea una vergüenza tener que recordarlo.


El párrafo muestra con claridad el hastío que, cada vez más ciudadanos, sufrimos con este presidente del gobierno. Algo de eso le decía Rosa Díez en su réplica que pueden ver en esta dirección.

País

4 comentarios:

El rincón de Chiriveque dijo...

Amigo, nos hemos copiado el mismo tema y veo que compartimos indignación por igual. No puedo más que estar plenamente de acuerdo, qué vergüenza de presidente, qué cantamañanas y qué pestilente es la clase política catalana.

Un abrazo amigo.

García Francés dijo...

D. Rubin, le felicito por su entrada y le dejo este presente. Un abrazo, amigo mío.

El País, la bandera española y Félix Monteira, apóstol de la libertad

Rubín de Cendoya dijo...

Chiriveque, estamos rodeados.

Cuando escribí lo anterior aún no había oído a Rodríguez Zapatero decir en Barcelona que repondrá el estatuto cueste lo que cueste.

Este hombre sigue en plena adolescencia y acabará con todo.

Saludos

Rubín de Cendoya dijo...

Gracias D. Alredo por la visita, he deustado el magnífico presente.

Al respecto he de decirle que me alegré al ver algona bandera española traida por asistentes al Euskal Encounter (ya sabe jovenes y no tanto, aficionados a la informmática) que se reunieron la pasada semana en Baracaldo; otros varios lucieron fondos de pantalla bicolores.

Salud