La Fundación de Víctimas del Terrorismo ha publicado en el último número de su revista un tema muy relevante para avanzar en la deslegitimación social del terrorismo y la violencia política.
Su presidenta Maite Gazaurtundua escribe un magnífico artículo y propone un decálogo para ayudar a los padres a recuperar a esos niños que a la edad de 12 años un 15% no rechaza o justifica la actividad terrorista de ETA según datos del Ararteko (defensor del pueblo vasco).
Si antes de los 12 años los padres y madres expresan que el derecho a la vida es el primer derecho humano universal y que no se debe aceptar el asesinato en ningún caso, es muy posible que sus hijos no se vean envueltos después en entornos radicalizados. Las palabras inequívocas –inequívocas, sin peros– de los padres son la mejor protección para evitar la captación para la organización terrorista.
En esta dirección está el acceso al artículo completo en la revista de la AVT y aquí la reseña publicada en El Correo.
DECÁLOGO PARA PREVENIR
1. Es fundamental mantener una actitud de diálogo permanente sobre su mundo y sus problemas.
2. No hay que evitar hablar de terrorismo.
3. Si antes de los doce años los padres expresan que el derecho a la vida es el primer derecho humano universal y que no se debe aceptar el asesinato en ningún caso, es muy posible que sus hijos no se vean envueltos después en entorno radicalizados.
4. Hay que facilitar que sepan decir “no” ante comportamientos no éticos.
5. Ofrecerles información fiable y realista sobre los efectos devastadores del terrorismo a las personas que son perseguidas y asesinadas, sus entornos.
6. Ofrecerles información fiable y realista sobre los efectos reales de la clandestinidad y la cárcel, absolutamente antiheróicos.
7. Y si ya están inmersos en el proceso de fanatización, no ocultar el problema y actuar cuanto antes.
8. Ayudarles a analizar los motivos por los que asume como tolerable el acoso y asesinato de seres humanos.
9. Facilitarles la búsqueda de alternativas a la función que está cumpliendo el entorno fanático, abriendo su abanico de amistades, compartiendo más tiempo con ellos, etcétera.
10. Si el hijo está fanatizándose y no sabe cómo abordarlo, solicitar ayuda y orientación para no sentirse solos y perdidos
Seguro que en ese altísimo porcentaje de niños embrutecidos hay muchas familias que les están educando para eso, lo mismo que en las dictaduras se indoctrina a los niños desde el preescolar; pero también habrá otros padres que, como dice la autora, no hablan del tema en casa por miedo, lo mismo que por miedo no se está afrontando debidamente el tema en la escuela ni en la calle.
Son retos con resultados a largo plazo, pero imprescindibles para conseguir una sociedad “normalizada” según palabra que tanto les gusta a los nacionalistas de uno y otro pelo.
Salud
2 comentarios:
Rubín, ¿qué te parece aquel personaje llamado Iker Gallastegui que decía que matar podía ser humano y un deber patriótico?...
Buena entrada, amigo.
Un abrazo.
Chiriveque, de los Gallastegui hay ya mucha literatura.
Jon Juaristi lo cuenta en Cambio de destinoal dar cuenta de su expulsión de la ikastola de Sopelana.
Si nos paramos en los años 20 del siglo pasado y estudiamos la extructuta de los mendigoizales, tan similares a las juventudes nazis, podemos concluir en que nada es inesperado.
Gudari dejó una simiente de odio que permanece en la cuarta generación.
Salud
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