Ruiz Soroa, un gran descubrimiento de El Correo, mantiene un debate con los líderes y lideresas de Aralar. Primero por la negación de importancia a las víctimas “pasaban por allí” han dicho los políticos nacionalistas y de izquierda; ahora el publicista reflexiona sobre la oposición de Aralar a que se le dedique una calle a un asesinado por el terrorismo nacionalista.
Los argumentos son sencillos y claros, aunque los políticos de corazón de hielo nombren las cosas con palabras que no son que decía la madre de los Pagaza.
Empezó Ezenarro negándose a reconocer a las víctimas de ETA como víctimas por la libertad, so pretexto de que, al fin y al cabo, eran gentes que simplemente pasaban por allí el día aciago en que ETA activó su pase al otro mundo. No tenían mérito propio ni identidad característica, reventaron por pura mala suerte. Ahora le toca a Zabaleta criticar que se otorgue a una calle navarra el nombre del último navarro asesinado por ETA que, además de muerto, revestía la oprobiosa cualidad de ser guardia civil. No, señor, dice sesudamente el de Aralar, no hay que dar el nombre de las calles ni a los asesinos ni a las víctimas, hay que ser «neutro» en esta materia. De 'neutro' viene 'neutral', claro: ni policías ni asesinos, sólo nombres neutros que no identifiquen a nada ni a nadie, que no reconozcan hechos concretos, sólo que nos hablen del mínimo común denominador de todos. Podría utilizarse, por ejemplo, el rótulo de 'calle de los que pasaban por ahí', o el de 'calle de todos los muertos por toda la maldad del mundo', o el de 'calle contra toda violencia, venga de donde venga'.
Les recomiendo la lectura íntegra del artículo aquí.
Seguramente que resultará ya aburrido, pero es que realmente en el paisito debemos seguir cada día explicando lo obvio.
Se asesina y se extorsiona para imponer un ideario de unos pocos; los nacionalistas.
Esa dichosa izquierda imposible sigue, como bien dice Ruiz Soroa, en un limbo en el que no hay ni buenos ni malos, en el que víctimas y victimarios son igualmente responsables.
Los argumentos son sencillos y claros, aunque los políticos de corazón de hielo nombren las cosas con palabras que no son que decía la madre de los Pagaza.
Empezó Ezenarro negándose a reconocer a las víctimas de ETA como víctimas por la libertad, so pretexto de que, al fin y al cabo, eran gentes que simplemente pasaban por allí el día aciago en que ETA activó su pase al otro mundo. No tenían mérito propio ni identidad característica, reventaron por pura mala suerte. Ahora le toca a Zabaleta criticar que se otorgue a una calle navarra el nombre del último navarro asesinado por ETA que, además de muerto, revestía la oprobiosa cualidad de ser guardia civil. No, señor, dice sesudamente el de Aralar, no hay que dar el nombre de las calles ni a los asesinos ni a las víctimas, hay que ser «neutro» en esta materia. De 'neutro' viene 'neutral', claro: ni policías ni asesinos, sólo nombres neutros que no identifiquen a nada ni a nadie, que no reconozcan hechos concretos, sólo que nos hablen del mínimo común denominador de todos. Podría utilizarse, por ejemplo, el rótulo de 'calle de los que pasaban por ahí', o el de 'calle de todos los muertos por toda la maldad del mundo', o el de 'calle contra toda violencia, venga de donde venga'.
Les recomiendo la lectura íntegra del artículo aquí.
Seguramente que resultará ya aburrido, pero es que realmente en el paisito debemos seguir cada día explicando lo obvio.
Se asesina y se extorsiona para imponer un ideario de unos pocos; los nacionalistas.
Esa dichosa izquierda imposible sigue, como bien dice Ruiz Soroa, en un limbo en el que no hay ni buenos ni malos, en el que víctimas y victimarios son igualmente responsables.
País
3 comentarios:
Pues estoy de acuerdo con Zabaleta y Ezenarro. Y quien quiera ir más allá de la visión reduccionista y parcial que se da en el artículo pueden leer sus declaraciones en la web de Aralar (http://www.aralar.net)
Deshumanizar al muerto es lo que hace siempre el verdugo.
Sobre la visión reduccionista, una vez más, es que los que no somos purasangres tenemos dificultades en entender la fina prosa con todos sus matices, de esos ceporros. Ya cansa que esos analfabetos nos digan que no entendemos bien.
Y adoro también el concepto de neutro o de neutral... Es equiparar las fuerzas del orden público a los asesinos que no dan nunca la cara... valientes gudaris...
Y no me refugio en ningún anonimato. Porque vivo y viví siempre en democracia. Eso es lo que quizá no entenderán nunca, gracias primero al franquismo y luego a ETA y los suyos.
Publicar un comentario