martes, octubre 04, 2011

Cómplices

El Gobierno Vasco ha premiado a un etarra convicto. Nos dirán ahora las almas cándidas que se trató de un jurado independiente, que el premio no será entregado, etc. Entre otras cosas el premio no será entregado porque no está prevista la asistencia del premiado, en busca y captura tras huir de prisión.
Lo que no tiene explicación es que un jurado nombrado por el Gobierno Vasco sea capaz tan siquiera de entrar a valorar la obra de un terrorista. Hemos llegado a tal  degradación moral a en el paisito, que al final tendrán las víctimas, o sus familias, que pedirle perdón a los asesinos; el Lehendakari promete ventajas extrajudiciales a los asesinos presos; quien se dice demócrata se alegra porque los asesinos solicitan amnistía y concesiones del estado de derecho; los responsables del gobierno día tras día critican las sentencias de los tribunales que no les gustan; así hasta un infinito número de acciones conducentes a desacreditar el estado de derecho y a poner en valor los postulados de los terroristas y sus testaferros.

Rosa Díez escribe en su blog con el título de “Nuncaseremos cómplices” cosas como lo que sigue:

Nos exigen que perdonemos a quien no nos ha pedido perdón; nos critican que nos neguemos a olvidar. Nos consideran un estorbo para su plan de reconciliación porque les decimos que ese plan nos recuerda demasiado a una rendición.
Están orgullosos de que los testaferros de ETA les aplaudan cuando hablan en el Parlamento y les lanzan ofertas a quienes están en la cárcel por sus crímenes y su crueldad. Son felices cuando el demonio les dice que van por el buen camino.
Otorgan premios literarios a un terrorista fugado de la cárcel en 1985, que sigue en paradero desconocido. Dicen que el Jurado, -nombrado por ellos, nuestros gobernantes- es independiente. Hacen gala de su neutralidad, como si se pudiera ser neutral entre el violador y la víctima, entre el pederasta y el niño, entre el maltratador y el vejado. ¿Cómo un jurado nombrado por el Gobierno socialista vasco, sostenido por el Partido Popular, pudo siquiera evaluar la “obra” de un terrorista huido de la justicia sin que se les encendiera la luz de alarma?
¿Cómo hemos podido llegar a esto? Demasiada cobardía, demasiada indignidad. Demasiado silencio, demasiado cálculo político, por activa y por pasiva. Ellos, nuestros gobernantes, han perdido hasta la piedad.
Pena de país

1 comentario:

Carmen Quirós dijo...

La lucha contra la democracia que emprendió el País Vasco desde el principio, no deja pasar ninguna oportunidad de desafiar los pilares del sistema. Es solo una anécdota más. Tengamos fe. Si hemos resistido a la «edad de plomo», superaremos esta fase con éxito. Basta un gobierno decidido a imponer el imperio de la Ley con una mayoría absoluta que no dé cancha a los enemigos.