martes, octubre 18, 2011

Claudicación

Rosa Díez se dirigía ayer en su blog a esos “facilitadores” llegados a San Sebastián para anunciar la equidistancia del bien y del mal.

Les dice entre otras cosas los que les copio:

Les contaré que, por mucho que se empeñen, en Euskadi nunca ha habido una guerra entre vascos; los vascos, como el resto de los españoles, participaron el siglo pasado en una guerra civil y unos lo hicieron en el bando republicano y otros en el bando llamado nacional. Guerrearon entre españoles, no entre vascos. Y, por cierto, si los nacionalistas no se unieron a Franco en Santoña fue porque éste no les aceptó entre sus filas.
Les recuerdo que en Euskadi, desde que finalizó la guerra civil española, nunca nos ha faltado la paz. Pero aquí nunca hemos tenido libertad. La única secuela totalitaria del franquismo sigue viva y hoy organiza una “conferencia de paz” con la misma legitimidad que Franco festejaba sus “veinticinco años de paz”.
Les recuerdo que a lo largo de la historia de la humanidad nunca han empatado democracia y totalitarismo. Ha ganado la una o el otro.
Aviso que hay aún algunas gentes en Euskadi dispuestas a no quebrar el ánimo ni la voz. Algunas gentes que nunca abrazamos la paz de Franco y nunca reconoceremos como una victoria de la democracia la paz de ETA. Algunas gentes dispuestas a contar a nuestros hijos y a nuestros nietos la verdadera historia del terror; algunas gentes dispuestas a juzgar y condenar no sólo a los verdugos sino a toda su historia de indignidad.

La indignidad del PSE y especialmente Carlos Totorica pasarán a la historia de la infamia. 

Las víctimas y muchas personas de bien, hemos fiado durante este tiempo de totalitarismo y terror nacionalista, nuestra defensa al estado de derecho; ahora éste se encuentra en manos de unos bandoleros que lo arrastran por un puñado de votos que no obtendrán.

1 comentario:

Carmen Quirós dijo...

Ayer fue el vigésimo aniversario de un cuádruple atentado en Madrid. Las víctimas fueron María Jesús González, funcionaria de la DGP y su hija, Irene Villa, de doce años, al estallar una bomba lapa adosada a los bajos del coche de la funcionaria; el comandante Francisco Caballar, que murió en el atentado y el comandante de Infantería, Rafael Villalobos, que también sufrió graves mutilaciones.

Lo que dice Rosa Díez es lo que sabemos todos los españoles. Lo que no dice Rosa Díez es que, hoy mismo, ha resucitado la campaña de 2006 contra las víctimas, en especial contra Irene Villa y su madre. Los mensajes de hoy en Twitter, con bromas macabras sobre ellas, demuestran que la campaña ha resucitado.

¿Las defenderá Rosa Díez? Lo dudo. En la pasada edición no tuvo a bien alzar la voz ante el acoso que sufrían. Lo siento; pero sus gestos nunca van acompañados de ese compromiso adicional que demuestra la autenticidad de las palabras.