sábado, agosto 21, 2010

A vueltas con la reinserción

Tras un comentario en el blog de Ricardo Ibarra a un post suyo sobre un artículo de Joseba Arregi al que también me había referido en este rincón el pasado día 15, me pide Paul un funcionario de la intermediación que le espliquemos en qué consiste para nosotros la reinserción y más concretamente, ¿Qué debe decir entonces un preso para reinsertarse?

Hace Paul una pregunta retórica, pues bien sabe qué debe hacer un preso para reinsertarse. Sin esperanza en que lo entienda, pues a Paul le va el sueldo en ello, intentaré decirle que para que un terrorista pueda reinsertarse y participar en democracia por las ideas por las que asesinó a otro ciudadano, debe primero conseguir que todas las víctimas causadas por su ideología totalitaria, hayan sido debidamente resarcidas, expiar la culpa según la ley, y reconocer el legítimo marco legal que nos hemos dado los ciudadanos.

Justo la perversión de la reinserción es lo que postula Paul
en su página. Pretender que el Gobierno, (qué ocasión de usar debidamente por una vez la palabra Estado) deba premiar a los asesinos terroristas por dejar de matarnos, es exactamente lo que no sería una debida reinserción. Eso es afirmar que sus asesinatos les son útiles.

No voy a seguir porque es sabido que predicar en desierto sermón perdido, y el señor Paul vive de negar la evidencia de que matar no puede ser útil políticamente para el asesino; y en cambio a otros muchos nos pueden matar por sostenerlo.

País

1 comentario:

El rincón de Chiriveque dijo...

Yo creo en la cárcel como reinserción en general, y tal y como establece la Constitución. Casos como Yoyes demuetran que la reinserción no es imposible.