Ayer tuvo lugar la demostración práctica de que las fiestas de Bilbao, esa Aste nagusia que tanto dicen defender los políticos de las chosnas, tiene infinidad de almas y no una única y total radicada precisamente en sus negocietes que mantienen desde hace 32 años unos aprovechados que creen poder dirigir el cotarro al margen de toda autoridad o ley.
Ayer pretendieron aguarnos la fiesta y lo único que consiguieron es dejárnosla tener en paz.
Como este paseante pudo comprobar, accediendo sin impedimento alguno a las calles del casco viejo tras tantos años sin poder acercarse, y bien dice El Correo, la gente bullía por el casco viejo durante todo el día, indiferente a los escasos camisas negras que en su obsesivo totalitarismo pretendían que la gente no se divirtiera.
Una única lástima, ¿por qué no habrán declarado toda una semana de chosnas caídas?, o mejor, ¿por qué tenemos unos políticos incapaces de plantarle cara a los chantajes continuos de esos chosneros aprendices de brujos?
País
1 comentario:
Los políticos mientras cobren su sueldo lo demás les importa más bien poco, amigo. Disfruta de las fiestas, casualmente también son las de mi localidad y no me las pienso perder :))
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