domingo, agosto 15, 2010

Cual reinserción?

Joseba Arregi escribe hoy en El Correo otro artículo memorable. Bajo el título de Reinserción, vuelve a expresar, con más claridad aún, lo que él llamó en otras ocasiones el significado político de las víctimas. Rebate sabiamente a los que ahora destacan el falso dilema de reinserción o venganza, citando el texto constitucional y que provienen principalmente del espectro nacionalista, ante la previsible desaparición de ETA.

Pueden leer el artículo completo pulsando en este enlace, pero no me quiero resistir a copiar los últimos párrafos.

Afirmar el derecho a la reinserción significa que el preso ha dejado de estar inserto en algo, que ha roto lo que le mantenía inserto en algo. ¿Qué es ese algo? Se podría contestar que, genéricamente, la sociedad. Pero no todos los delitos son iguales. El que mata en un arrebato de odio, o para robar, o para vengarse por cuestiones privadas, rompe los lazos que constituyen la sociedad. En su caso la reinserción significa el reestablecimiento de los lazos que le sitúan de nuevo en la sociedad, para lo cual se necesita el convencimiento de la sociedad de que el preso ha interiorizado lo que significan esos lazos y su ruptura.

¿Qué es lo que rompe con su asesinato el miembro de ETA que mata a un vecino porque no es suficientemente vasco, porque representa la institucionalización del pluralismo -Estatuto y Constitución-, porque encarna la reforma aprobada por la mayoría de los vascos y no la ruptura revolucionaria? No rompe simple o genéricamente los lazos que constituyen la sociedad, sino que rompe lo que califica a esa sociedad como sociedad política, rompe los valores que constituyen a esa sociedad como sociedad política, como sujeto político, rompe con la gramática que regula la conversación pública de esa sociedad, su convivencia pacífica.

La reinserción en este caso viene definida por la calidad del delito cometido: el preso de ETA que ha roto con la gramática que regula la conversación pública y política de la sociedad vasca y española debe volver a insertarse en esa gramática, debe reinsertarse no en la sociedad simplemente afirmando que está dispuesto a no matar en adelante. No. La reinserción en el caso de los presos de ETA exige la vuelta a insertarse en aquello que rompieron con su asesinato, en lo que constituye la calidad política de la sociedad cuyos lazos políticos, cuyas características políticas, cuyo lenguaje político, cuyas instituciones políticas quebraron por medio del asesinato.

El calificativo de político en todo lo que hace referencia a ETA causa problemas a los nacionalistas, pero también a otros políticos. Aunque la Ley de atención a las víctimas aprobada en la legislatura pasada hable de la necesaria deslegitimación política de ETA, líderes nacionalistas ya le han dado la vuelta a la afirmación diciendo que significa que la violencia terrorista de ETA no posee significado político alguno.

Pero lo contrario es lo correcto: ETA ha matado siempre en nombre de un proyecto político. Y su reinserción debe tener la categoría de reinserción política, de reconocimiento de los lazos políticos que constituyen a la sociedad vasca como sociedad política. Afirmar que se sigue negando la calidad política de la sociedad vasca rota violentamente, pero por medios pacíficos, no es reinserción. La petición de perdón personal a las víctimas familiares es algo necesario sin duda, pero queda en el ámbito de lo privado. Se necesita, además, el reconocimiento de los lazos públicos rotos por el asesinato, el reconocimiento de lo que califica a la sociedad como sujeto político, estatuto y constitución.

Con más claridad y clarividencia no se puede expresar. El dignidad de las víctimas requiere que no sean útiles para el victimario, que no puedan ser útiles para conseguir los objetivos políticos por los que las mataron. La reinserción ha de ser pues en los valores de la Constitución y el Estatuto; no una mera renuncia al uso de la violencia cual sería la reinserción de un delincuente común.

Salud

No hay comentarios: