martes, enero 12, 2010

EXILIADOS EN DEMOCRACIA

Y luego, cuando creías que lo habías vivido todo, vino el tercer exilio, el que también te iba a hacer experimentar la derecha más fea de este país. Fue también a partir de unas elecciones. A partir de las elecciones generales de marzo de 2008 en las que el PP inició su guerra interna y a ti te tocó –o mejor dicho elegiste- el bando correcto, el de Basagoiti, el que trajo el cambio al País Vasco.

He hablado de los nacionalistas y los socialistas, pero aquí no se libra nadie. Después de los horrores y los estupores de
la primera legislatura del zapaterismo quedaba lo mejor: la descomposición fratricida de la propia derecha española, la metamorfosis de ciertos personajes erigidos como referentes éticos en lobos y serpientes, el “yo represento las verdaderas esencias morales del PP”, el “yo estoy más amenazado que tú”, los intereses personales y la falta de sensibilidad asqueante, las víctimas yendo contra las propias víctimas y contra sus compañeros de lucha..

Ése era el tercer exilio que faltaba, el de oír a una víctima hablando contra otra con una crueldad idéntica a la que ciertos socialistas habían usado contra ambas un año u dos antes. Las víctimas usando los propios símbolos cívicos que uno había creado, contra la dirección del PP en una concentración de la calle Génova. Las víctimas increpando a Mari Mar Blanco a la salida de la misa del aniversario del asesinato de su hermano.

Hasta aquí unos párrafos, para mí significativos del capítulo LOS TRES EXILIOS DEL CONSTITUCIONALISTA del libro Exiliados en democracia de Iñaki Ezkerra publicado en Octubre de 2009 por Ediciones B.(Incomprensiblemente, no figuran en la página web de la editorial ni el libro ISBN:978-84-666-4050-3 ni el autor)

En este libro Iñaki Ezkerra consigue transmitir una imagen del exilio vasco en la democracia, en el que se juntan una inmensidad de víctimas inocentes con otros aprovechados que los hay como en todas las organizaciones o movimientos sociales.

Iñaki, un "exiliado reciente", desmitifica la figura del exiliado y aprovecha para ajustar cuentas con los radicales que desde su no hacer nada, se permiten criticar desaforadamente a personas con una historia en la defensa de las víctimas y de las posiciones constitucionalistas que les han llevado a la pérdida de empleos junto con la amenaza directa de ETA. Aprovecha para ajustar cuentas con Mayor Oreja, al que acusa de usar los movimientos cívicos para sus aspiraciones personales en el PP y también para reconciliarse con José María Calleja al que le dirige una carta en el epílogo, de la que copio el primer párrafo muy significativo:

Querido José María:
Siempre me he mostrado orgulloso de contar con tu amistad y lo primero que quiero hacer en esta carta es dejar muy claro que me sigo enorgulleciendo de ella por más que haya por ahí quienes han aprovechado tus polémicos posicionamientos políticos a favor del Gobierno socialista para tratar de estigmatizarte, como si no fuera bastante la estigmatización que has sufrido por parte del nacionalismo gobernante en Euskadi y de la propia eta. Hablo de esa gente que se llama “constitucionalista” pero que usa las mismas prácticas que denuncia como si éstas no fueran perversas por sí mismas sino en virtud de quien se sirve de ellas. Hablo de quienes han heredado las feas costumbres de los curillas de mi colegio y se afanan en establecer distingos “entre manzanas sanas y podridas” para así apartarnos más a unos de otros, como si no fueran suficientes la soledad y los sinsabores de quienes de veras –y no sólo de boquilla ante los micrófonos de Madrid- nos hemos dejado la juventud y tantas otras cosas en agitar la bandera de la libertad en el País Vasco.

En resumen, el libro merece la pena en cuanto pone en claro políticas oscuras, a la par que da cuenta del sufrimiento humano de muchos vascos que optaron por dejar su tierra en busca de libertad.

Salud

5 comentarios:

García Francés dijo...

Un tema peliagudo. Me fio de usted. Habrá que leerlo, D. Rubín.

Espero que la nieve y el hielo les hayan respetado a usted y a sus visitantes. De todas maneras, ese vientecito siberiano conserva el cutis. Una de medios.

Iñaki Gabilondo, la dorada hibernación de los dinosaurios mediáticos

Anónimo dijo...

En la presentación del libro en Bilbao,su propio presentador,muy educadamente manifesto no estar de acuerdo en algunas valoraciones. Por un comentario crítico de un asistente protestó al partido qal que pertenecía.El paso de este "buen hombre" por los movimientos cívicos le aseguro a vd. que es de una actitud que se puede definir como patológica.
Ahora va aresultar que Calleja no ha sido un servil vocero del Zapaterismo al servicio de la gran traición al Pacto Antiterrorista. En fin, desde Bakea Orain hasta el Foro de Ermua, pasando por la sociedad El Sitio, ha sido com el caballo de Atila.No tiene un pelo de tonto, pero tampoco una brizna de bondad.Puede ser ocurrente, a veces salado,incluso decir verdades como puños algunas veces, pero cuídese de él, sr.Rubín.

Rubín de Cendoya dijo...

D. Alfredo, estamos en un tiempo en que se hace imposible el equilibrio. Todos nos llaman a su extremo.

Creo que I. Ezkerra en este libro hace un ejercicio necesario de resituación.

Ciertamente también aprovecha para ajustar cuentas con quien no le cae bien, pero eso después de que le dimitieran del Foro de Ermua puede ser entendible.

Gracias por la visita.

Rubín de Cendoya dijo...

Anónimo visitante, no estuve en la presentación; pero ya es mala suerte que le caiga a uno un presentador del libro que lo ponga mal.

De I. Ezkerra sólo sé de sus artículos de los lunes y de algún otro libro que leí, además de, por unas circunstancias casuales, saber de sus muchos años en Bilbao, arrastrando sus tres escoltas diariamente.

En este libro, en parte, ajusta las cuentas con algunos exiliados que, como dice en un capítulo, lo fueron más por el mal clima para el asma, que por la persecución que podían estar sufriendo.

Respecto a Calleja, su posicionamiento a favor del pacto antiterrorista no es de dudar, lo mismo que no es dudable su aportación a la lucha por la libertad en el paisito; que puntualmente se haya alineado, al principio, con los que creyeron en la posibilidad del acuerdo, no debe obscurecer absolutamente toda su trayectoria.

Con afecto y ábrase Vd. un nik para no seguir anónimo, que google los da gratis

El rincón de Chiriveque dijo...

La verdad Rubín que es verdad que es una pena que los partidos democráticos se dividan y se insulten unos a otros, una verdadera pena, en lugar de hacer siempre causa común, que es como funcionan de verdad las cosas. Un abrazo.