viernes, enero 08, 2010

LA AMENAZA DE LA IGUALDAD


Han leído bien; es esta quien nos amenaza. Es el título y lo que sostiene en un artículo Hermann Tertsch en la tercera de ABC; suelo repetir memorable, pero sin duda éste lo es; debiera figurar como texto en las escuelas.

No cita el autor sino a Bolz y Broder, pero en su origen está el pensamiento liberal de Isaiah Berlin, especialmente en su crítica al concepto de libertad positiva, no a su justicia en determinados casos.

Copio un párrafo del artículo, no el más provocador ni el más cercano a la realidad que tenemos en el país, pero en el que desarrolla suficientemente la idea de que, sin libertad, no es posible la igualdad ni la fraternidad ni, por supuesto, la justicia.

La sociedad que obliga a sus miembros desde la infancia a adaptarse al nivel del peor es una sociedad abocada al fracaso. Porque estrangula la formación de elites y así la movilización de la sociedad en el progreso real. Que está en la creación de riqueza y mayores posibilidades para cada vez mayor número de individuos. No en la repartición de las existencias confiscadas por el Estado para comprar voluntades y obediencia. No hay mecanismo eficaz de progreso sino el reconocimiento de la justicia de la desigualdad y la voluntad de los individuos y colectivos de superarse y superar a los competidores. «El proceso de civilización depende de que cada uno pueda utilizar libremente las circunstancias que la vida le otorga» dice Bolz. El ser humano tiene el derecho inalienable a buscar la felicidad, dice la Constitución americana. Nadie tiene derecho a impedírselo igualándolo por la fuerza a quién fracasa en ello. Es la cultura de la excelencia y la competencia. De la emulación y ejemplaridad. La que hizo de las sociedades occidentales las más ricas, pacíficas, abiertas y compasivas de la historia.

En otro lugar ya comenté la obrita La ley del bayonés Fédéric Bastiat; hoy creo que viene a cuento una frase suya: "Si (como piensan los socialistas) la tendencia natural de los seres humanos es tan mala que no resulta seguro permitir la libertad de la gente, ¿cómo es que la tendencia de estos organizadores es siempre tan buena?"

No dejen de leer aquí el artículo completo.

Salud

3 comentarios:

El rincón de Chiriveque dijo...

Interesante el tema Rubín, pero yo apuntaría que hay personas que por circunstancias que no eligen, ni pueden formarse ni pueden adquirir esa excelencia por carecer de medios... Un abrazo.

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Es colosal. Imprescindible.

La esencia del pensamiento liberal de Isaiah Berlin y sus "Ensayos sobre la Libertad" (y no olvido al coautor, Raymond Aron) está presente en este imprescindible artículo.

Tu glosa, excelente. (Claro que, al final, a ti y a mí algún espabilado nos seguirá tachando de ultras y neocons).

Abrazos y enhorabuena.

Rubín de Cendoya dijo...

Tienes razón Chiriveque, a nadie se le escapa que existen injusticias. Entiendo que lo que el autor critica es la manera de intentar resolverlas.

Isaiah Berlin viene a negar que la libertad para un sabio de Oxford sea algo distinto que la libertad para un un humilde campesino egipcio.

También puede ser lícito sacrificar alguna libertad en favor de un bien superior, pero eso en ningún caso significa que seamos más libres.

Se me ocurre el ejemplo tan de moda de los controles aeroportuarios.

Saludos amigo