miércoles, septiembre 02, 2009

Setenta años

Ayer, con la excusa del 70 aniversario de la invasión de Polonia por el ejército alemán, Herman Tertsch escribía en la tercera de ABC una lección de historia y de sentido común.

Sostiene el periodista represaliado por PRISA y hoy con un espacio diario en el noticiario de la noche en la televisión pública madrileña, que la 2ª guerra mundial no comenzó ese día, que las catástrofes humanas no se desencadenan espontáneamente como las catástrofes naturales.

Destaca hechos a lo largo del período que va de 1919 a 1939 y llega a la conclusión de que la segunda guerra mundial comienza con el tratado de Versalles y otros en los alrededores de Paris en 1919.

El artículo merece ser leído con atención, pues permite sacar consecuencias importantes para el presente; en este rincón les copio el último párrafo con la esperanza de que aquí lo lean entero.

Tras un ejercicio de imaginación de cómo sería hoy Europa sin esa guerra dice:

Europa no viviría marcada por unos traumas que le impiden ser más libre y resuelta en la defensa de sus intereses legítimos. Que en parte se deben al hecho incontestable de que su libertad y su bienestar, primero en el oeste en 1945 y después en el este, en 1989, son un mérito menos propio que la responsabilidad en las tragedias provocadas por aquellas ideologías europeas. Dos hechos ciertos para concluir. Hitler fue culpable de la guerra y Polonia fue asaltada por la Wehrmacht el 1 de septiembre de 1939. Y una advertencia que quizás en nuestro país, que no estuvo directamente implicada en aquellos avatares, sea pertinente. Sólo las catástrofes naturales se producen de repente. Las causadas por el hombre -que no son sólo guerras- se gestan, muchas veces muy lenta e imperceptiblemente, por la acumulación de errores de los gobernantes, su obcecación en ignorarlos -y por tanto no subsanarlos- y por la ceguera ante sus efectos. «No pasa nada». Esa fue, era, probablemente la frase más común en aquellos años que separan Versalles de la Westerplatte.

Salud

4 comentarios:

El rincón de Chiriveque dijo...

Llámame pesimista Rubín, pero cada vez pienso que la España actual se parece más peligrosamente a la de los años 30, crisis económica incluida...

Ojalá, quiera Dios, que me equivoque.

Saludos.

Rubín de Cendoya dijo...

Creo que te equivocas muy poco, falta un Gil Robles que caliente la cosa y, a dios gracias, un movimiento social europeo al que no llega aún Berlusconi.

A mi personalmente me da más miedo la mezcla de nacionalismo y socialismo que pulula en américa del sur, un continente que antes no contaba.

Salud

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Es un artículo imprescindible. Se mire por donde se mire... (te quise enviar un SMS ayer, pero me imaginaba que lo habrías leído ya).

Lo leí ayer camino de Cáceres, en el tren. Y suscribo plenamente su planteamiento.

(Esta noche, como asi siempre, le escucharé en su Diario de la Noche).

Un abrazo.

Erikenea dijo...

Buen artículo, sin duda, y esperemos haber aprendido algo de nuestra reciente historia. Yo quiero, necesito, ser un poco mas optimista.