martes, septiembre 22, 2009

Lo sagrado

Parece ser que anda el gobierno de aquí tramando la prohibición del tabaco en las sociedades gastronómicas, según anuncia El Correo.

Que los del PSE hayan copado el gobierno del paisito puede tener un pase, pero que se pretendan meter ahora en cada txoko y decidir si hay o no txokorra con el patxarán hasta ahí podíamos llegar; eso ya es tocar lo sagrado.

Desde la experiencia de un fumador pasivo desde hace ya 7 largos años no le encuentro la posible explicación a la medida salvo que sea una concesión a los hosteleros, ya saben, el clásico que me quede ciego con tal de que el otro se quede tuerto.

Escribe José María Ruiz Soroa en el nº 40 de Cuadernos de Alzate un interesante ensayo bajo el título LAS DEMOCRACIAS ACELERADAS, en el que junto con sesudos análisis de la percepción del tiempo actual y la pérdida de finalidad del futuro, describe como, lo que debían ser normas generales, abstractas y permanentes, se han convertido en una hiperlegislación incontinente y turbopropulsada; una ley para cada cosa nueva, una norma ocasional, contingente, explicable sólo en función de una situación contra la que reacciona.

Que se preparen los choqueros porque no está lejos el día en que le regulen la cantidad de salsa de chipirón que se puede untar por comensal.

No pretendo con esto criticar la falta de liberalidad del gobierno del paisito, todos son igual de mandones con lo que no cuesta dinero, pero para no dejar fumar ni en la zaguera, hace falta tener ganas de entrometerse.

Curiosamente esa prohibición convive felizmente con la implantación de nuevas narco salas que también promueve la misma comisión parlamentaria de drogodependencias; ¿serán capaces de prohibir el fumeteo al tiempo que propician el pincho?.

Salud

5 comentarios:

El rincón de Chiriveque dijo...

Amigo Rubín, contra el tabaco tolerancia cero. Quien echa humo en la cara de la gente es como el que hace lo propio estornudando (o lanzando una ventosidad).

Lo primero está aceptado, lo segundo no. Lo primero es nocivo, lo segundo depende...

Un saludo y quien quiera fumar que lo haga en el balcón o ventana de su casa.

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Yo comparto en esencia parte del planteamiento "sin humos". Es cierto que los fumadores pasivos hemos tenido que cargar con los efectos colaterales de vicios ajenos.

No obstante me preocupa y mucho el nivel de coerción que los Estados llevan realizando sobre este tema. Se están llegando a niveles exagerados de intromisión en la vida privada.

UN abrazo y -desde luego- fenomenal artículo.

Carlos Gorostiza dijo...

De verdad muy interesante el artículo de Ruiz Soroa. Leer a alguien que piensa en cosas diferentes a las que habla todo el mundo en muy reconfortante...e inquietante también.

Rubín de Cendoya dijo...

Chiriveque, he andado muy perezoso esta semana y puede que mi respuesta ya no la leas, pero no estoy de acuerdo con la intolerancia. Cuanta más tolerancia, incluidos los malos humos, mejor. Pero de todos modos mi queja era por el hecho de legislar la vida privada de sociedades privadas.

Saludos

Rubín de Cendoya dijo...

Carlos, me reconforta que mi artículo te haya llevado a leer el magnífico de Ruiz Soroa.

Creo que es muy interesante y que os vendrá bien a los legisladores.

Saludos