viernes, junio 12, 2009

Filología catalana



El pasado 26 de Mayo tuvo lugar en Bilbao la presentación del libro de Xavier Pericay. El acto organizado por la Fundación para la Libertad estuvo presentado por Javier Elorrieta y la presentación del libro corrió a cargo de Vicente de la Quintana, que hizo una presentación erudita y al mismo tiempo muy amena, está recogida aquí; les dejo un párrafo significativo:

Vuelvo a insistir que me he acordado mucho de las memorias de Jon Juaristi al leer estas, me acordaba mucho de ‘cambio de destino’. Y son unas memorias además que yo creo que registran cualquier acontecimiento notorio, cualquier acontecimiento importante de la vida cultural, social o política de Cataluña durante los últimos 30 años está aquí comentado, está aquí vivido por un protagonista. Y está narrado de una manera, como les digo, tomando pie en el acontecimiento para llegar a una reflexión siempre interesante sin ninguna duda. Y la tercera palabra reveladora del título y que da la clave un poco del libro es la de disidente. Son las memorias de un disidente. La disidencia, supongo que ustedes se la pueden imaginar perfectamente en qué consiste y cuál es. La disidencia es la disidencia de un ambiente que se llega a crear en Cataluña después de la transición por parte del nacionalismo hegemónico en el poder, que hace literalmente la vida asfixiante a todos aquellos que no comulguen con la ideología establecida en el poder, que no se sometan a la narrativa que impone el nacionalismo desde el gobierno y que en el caso de Xavier Pericay es muy ilustrativa. Igual también, en el paralelismo, en el caso de Jon Juaristi. Porque siendo personas que parten de posiciones, digamos políticas, de izquierda y nacionalistas, francamente de izquierdas y francamente nacionalistas, sin embargo, la experiencia de vivir en eso que algunos han llamado el oasis catalán les condujo a través de un proceso de decantación, más o menos lento, primero a considerarse y lo dice también en un pasaje del libro que me ha sorprendido bastante, por lo contundente, aunque es un libro que mantiene siempre un tono de urbanidad casi exquisito, pero ciertamente es contundente, de una posición nacionalista y de izquierdas franca muy notoria y muy clara, a una posición de no nacionalismo o catalanismo, si más, durante la cual Xavier Pericay también tuvo una relevancia en cuanto a su presencia en instituciones culturales. Sin embargo, ni así, a uno se lo perdonan si no es estrictamente nacionalista y acabó desembocando en algo que él, francamente, llega a confesar y es una postura abiertamente antinacionalista.



Del libro, acabo hoy su lectura, decir que es una gran obra por la literatura y muy interesante por su contenido de memoria de un tiempo, cercano, pero que corre el peligro de que nos olvidemos de cómo éramos hace nada. Un párrafo en el que da cuenta de ese cambio que lleva a las personas a madurar, y que no deja de ser el descubrimiento del otro, como un ser idéntico.

A cada periódico se le adscribe un rostro determinado. Es decir, el rostro de alguien que aquel día ha tomado la decisión de comprar aquel periódico y no otro, y que es muy probable que al día siguiente, y al otro, y al otro, repita el mismo gesto matinal, cogiendo un ejemplar de aquel montón concreto y no del de al lado. Una manifestación de la voluntad. Y una manera particular de entender el mundo. De ahí que al cruzarnos con uno de esos personajes veamos únicamente el periódico. Mejor dicho: la cabecera del periódico. A veces, es verdad, también miramos qué hay detrás, qué cara tiene el personaje, cómo viste, cómo respira. Pero sólo lo hacemos para comprobar que todo está en orden, que el molde es el que corresponde, que el mundo no ha cambiado mientras dormíamos. Y entonces vienen los pensamientos. De simpatía, de complicidad, si se da el caso de que aquel diario andante con el que acabamos de cruzarnos es el nuestro. O bien, por el contrario, de recelo, de animadversión, de odio incluso, si resulta que la cabecera en cuestión no pega ni de lejos con nuestro universo mental.
……
Ahora, como es natural, las cosas han dado un vuelco considerable, cuando voy a Barcelona y llevo el ABC en un sitio visible, el facha soy yo. La verdad es que procuro no hacer caso de las miradas, comportarme con la normalidad con que se comportaría cualquier ciudadano en semejante circunstancia –o sea, leyendo el periódico, cualquier periódico, en un espacio público-. Pero, aun así, de tarde en tarde mis ojos encuentran otros ojos, Y, como he formado parte del grupo de inquisidores, sé muy bien qué significa esa mirada más o menos furtiva que acabo de cazar al vuelo. Y sé muy bien que ese ciudadano anónimo no me la habría dedicado de haber llevado en la mano, pongamos por caso –y el caso es muy probable-, La Vanguardia o El País. De ahí que celebre como una especie de resurrección del espíritu, el poder pasear por esas ciudades del mundo donde la posesión y la consiguiente exhibición de un diario determinado no tiene por qué comportar la excomunión. En realidad, no hace falta ir muy lejos para hallar una: cualquier ciudad española, excepto las de Cataluña o del País Vasco, cumple con los requisitos.

Salud

2 comentarios:

García Francés dijo...

Por si tiuene usted un ratito. Será un placer saludarle. Abrazos, amigo.

DIÁLOGOS CON LA LITERATURA

"Literatura y Fotografía"

BILBAO

El 16 de Junio, a las 19:00, tendrá lugar en la Bibioteca Municipal, Bidebarrieta, 4, un coloquio sobre LITERATURA Y FOTOGRAFÍA.

Modera Willy Uribe, escritor y fotógrafo.

Intervienen Daniel Mordzinski, periodista, fotógrafo especializado en el retrato de escritores y, Alfredo García Francés, escritor y periodista.

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Sabiduría y reflexión. Antídotos ante la estulticia cotidiana que nos asola.

La entrada no tiene desperdicio. De imprimir y enmarcar.

Un abrazo.