martes, junio 23, 2009

Acierto estratégico

Bajo el título de una estrategia equivocada José María Ruiz Soroa escribe en El Correo un artículo clarificador.

Dice en uno de sus tres párrafos:


Invocar la unidad de la sociedad es una estrategia equivocada que no conducirá sino a cultivar espejismos, y que no nos acercará ni un milímetro a la solución. Evoca una realidad que no existe: la sociedad vasca no está en este momento unida como una piña en torno a nada que tenga que ver con la violencia política. Para cualquiera con una mínima sensibilidad y experiencia en manifestaciones era evidente que el sábado pasado no estaba presente en la calle, sino una parte de esa sociedad, que la parte nacionalista de la sociedad vasca no acudió. Y no acudió porque no considera al asesinado uno de los suyos, porque ser policía del Estado es un estigma imborrable. Lo proclamaron las Juntas Generales de Vizcaya hace un mes. ¿Debemos callarlo en aras de la nueva unidad? ¿O más bien gritarlo para debatirlo? ¿Cómo se cura a una sociedad enferma? ¿Blanqueando el sepulcro con mensajes de unidad? ¿O poniendo a la vista los abscesos y el pus, aunque nos salpique a todos?

Léanlo.

En el mismo medio se publica un comentario a ese artículo firmado por un anónimo “pichicoma” que incide más directamente aún en la estrategia correcta:

Cuando volví a casa tras diez años en el extranjero, comentaba a mis amigos que la vasca me parecía una sociedad lobotomizada, y aunque hay pequeños signos, me sigue pareciendo así. La cuestión es que mis amigos en su mayor parte no entendían ni siquiera de lo que estaba hablando. De hecho ya hay toda una generación que no conoce otra cosa, y que por ello piensa que este es el estado natural de las cosas, de pensar, de actuar, y sobre todo, de no actuar. Muchas declaraciones le faltan al Sr. Urkullu quejándose de los reproches que se le da ahora al PNV y por ende a sus votantes, pero más que le quedan (espero), pues será la prueba de que las cosas están cambiando. Yo siempre he sostenido que la "llave" para acabar con el terrorismo estaba en el PNV, o mejor dicho, en la actitud moral de su electorado.

Sabemos el qué, ojalá acertemos en el cómo.

Salud

1 comentario:

davichu dijo...

Rubín, por supuesto que la solución al problema vasco radica en la actitud moral del electorado nacionalista, pero ocurre que el electorado nacionalista está fraccionado en muchas "famlias" y no todas están por la labor de terminar con la banda de "primos de zumosol".

Los nacionalistas saben que si sus dogmas tienen sentido es tan sólo por la existencia del terrorismo, que mantiene la tensión sobre esos principios utópicos.

Es decir, sin ETA, el nacionalismo vasco pierde fuerza como una botella de gaseosa abierta.

Esa es la enfermedad y la cura, hoy por hoy, se me antoja muy complicada.

De momento, los que tenemos que tener claro lo que hacer somos nosotros, los que estamos del lado de la democracia y de la legalidad constitucional. Ahora tenemos una buena oportunidad. ETA está fuera de las instituciones, la deslegitimación está en marcha con el nuevo gobierno López, así que es en eso en lo que tenemo que centrarnos.

Los demás que apechuguen.

Abrazos Rubín.