miércoles, julio 04, 2012

La candidata de hipercor

Con ese titulo publica una crónica importante Olivia Bandrés en Nuestra Hora de San Saeastián.

No echo nada a faltar salvo una mínima referencia a que en su presentación siguió la moda batasuna de no admitir preguntas de la prensa.


Hoy hay coincidencia en todos los medios, salvo en NUESTRA HORA, en una  noticia. Incluso la llevan a sus portadas y todos ellos destacan la misma frase. Es como si se hubieran puesto de acuerdo. La información –como no podía ser de otra manera- es la presentación en sociedad de la candidata batasuna a las próximas elecciones autonómicas. Y la frase, una perogrullada de las que nos gustan aquí: “La paz no es sólo ausencia de ETA”.

Resulta que la nueva imagen de los Rufinos ha gustado mucho. Su look, de monja seglar, aseadito si lo comparamos con otros especímenes de su misma cuerda, ha logrado engañar a más de uno. Una batasuna con el pelo limpio, ataviada con americana gris a rayas, pantalón negro de pata ancha y zapato cerrado es de por sí rara avis, teniendo en cuenta el gusto por las greñas, el niqui ajado, la sandalia de cuero y el vaquero a media pierna. La elección del Hotel Carlton como lugar del evento tampoco ha sido baladí. Los periódicos destacan el nuevo escenario como signo visible de “los nuevos tiempos.” Así que la imagen de una neska zaharra en el Hotel Carlton ha dado el pego.

Los periódicos se explayan hoy en el amor que la candidata profesa al euskera. Tal es el amor que, aun no siendo su lengua materna –empezó a aprenderlo a los 17 años-, escribe y publica en ese idioma. Gran mérito que dice seguramente mucho sobre la calidad de su escritura. Algunos medios, como El Mundo, también nos cuentan que fue candidata de Herri Batasuna en las elecciones europeas de 1987 y 1989, pero no van más allá. No recuerdan que sólo en 1987, Eta asesinó a 52 personas y en 1989 a 18. Por no hablar de las 19 de 1988. Tampoco que el año 1987 es el año de Hipercor y de la casa cuartel de Zaragoza. Estos cuatro datos habrían bastado para dar su perfil y para saber de quién estamos hablando. Pero es más cómodo hacer como que no sabemos y reducir la realidad, la nauseabunda realidad, a una americana a rayas y a un hotel bilbaíno de cinco estrellas. Así son los nuevos tiempos.

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