Según publica El País, el PNV se apunta a un consenso sobre el terrorismo que impulse el aislamiento de ellos y la unidad de nosotros. Hasta ahí nada raro, es más, habrá a quién le parezca un gran paso para la humanidad, lo que en realidad no deja de ser un pequeño apoyo para la campaña electoral.
Resume El País la propuesta de Josu Jon Imaz en los siguientes seis puntos:
Acuerdo entre partidos sobre condena del terrorismo
Apoyo a los mecanismos policiales para hacerle frente
Solidaridad y apoyo a las víctimas sin uso partidista
El futuro político de Euskadi no se puede negociar con ETA
Aplicación de los mecanismos del Estado de Derecho sin políticas de excepción
Abordar un cierre dialogado sólo cuando haya en ETA voluntad inequívoca de cesar la violencia
De ser cierto, y no hay indicios de que El País mienta en esto, nos encontramos otra vez ante la sacralización de lo obvio. Elevando a categoría de gran teorema el dos y dos de la lucha contra los malos.
Los seis puntos se explican por si solos, todos se están aplicando, mal que bien, desde hace años, salvo el quinto que me temo que quiera ser un guiño a batasuna sobre la derogación de ley de partidos que el PNV considera ilegítima.
Es sorprendente que nos venga, después de lo que ha llovido, con la cantinela de que el futuro político de Euskadi no se puede negociar con ETA. Vaya por Dios, lástima que el PNV no supiera eso cuando firmó con ETA lo que firmó antes de Lizarra.
Es claro que el futuro político de Euskadi no se puede negociar ni con ETA ni con el PNV, ni con nadie, porque es sólo nuestro y lo iremos andando o haciéndolo, según se mire. Es más no habrá ningún futuro posible si no se respeta la memoria de las víctimas de ETA.
La verdad y la memoria de las víctimas nos dice que han muerto porque los terroristas de ETA creyeron que eran útiles para cambiar el futuro político de Euskadi. Todo cambio que se haga en ese sentido será, necesariamente, una traición a las víctimas. Hará que las víctimas sean útiles para la causa nacionalista.
Si algo une y debe unir a todas las víctimas desde la primera hasta las dos últimas, es que han de ser inútiles para la causa de ETA.
Lo que debiera hacer el PNV en campaña es presentar su programa y defender su gestión donde sea defendible, (NO LA OTA EN SOPELANA) y antes, durante y después decirle constantemente a ETA que su futuro es disolverse y pedir perdón a la sociedad vasca y española por esos más de 40 años de sufrimiento por su causa.
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