Con este título Joseba Arregi escribe en El Correo un artículo imprescindible por su lección de ética política, esa que le falta a casi todos los políticos y especialmente, en estos tiempos, a los del PSE.
El Estado no puede admitir que se le imponga un lenguaje en el que debe admitir que es estructuralmente deficitario en democracia, porque significaría admitir alguna legitimidad para los asesinatos de ETA. El Estado no puede admitir un lenguaje en el que el proyecto político que ha sido la causa de todos los asesinatos de ETA sea admitido como posible en el juego de la democracia, porque implicaría admitir la legitimidad de los asesinatos de ETA.
Y el Estado no puede admitir el lenguaje de ETA y de Batasuna queriendo salvar el proyecto político de ETA de las ruinas de su derrota para que sea el eje de la definición política de la sociedad vasca en el futuro, porque sería tanto como volver a matar a los asesinados por ETA. El Estado debe mantener en todo tiempo la legitimidad de su propio lenguaje, porque es el lenguaje del derecho y de la libertad.
En qué nos estamos convirtiendo?.
Es moralmente aceptable que el presidente del PSE vaya como testigo de la defensa al juicio contra Arnaldo Otegui por enaltecer el terrorismo?.
Qué le está ofreciendo el PSE en sus reuniones con ex militantes de un partido que está judicialmente reconocido como parte de ETA?.
Tras tan amplia jurisprudencia, sentencia del tribunal europeo de los derechos humanos incluida, cómo es posible que estemos discutiendo aún cómo se puede legalizar una formación política en nuestro paisito?.
Repito la frase de Joseba Arregi: El Estado no puede admitir un lenguaje en el que el proyecto político que ha sido la causa de todos los asesinatos de ETA sea admitido como posible en el juego de la democracia, porque implicaría admitir la legitimidad de los asesinatos de ETA.
País
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